Madrid, con moda y arte

Son las dos de la tarde y camino por el coqueto barrio El Recoleto. Madrid respira arte y lo grita a los cuatro vientos. Las calles están llenas de carteles de Arco, la feria más grande de arte contemporáneo en España, y nuestro país es el gran invitado. Las editoriales de moda locales tienen sus páginas dedicadas a Inés Katzenstein, Jorge Macchi, Ana Gallardo y Guillermo Kuitca, entre otros grandes representantes del arte contemporáneo argentino.

El andar me acerca a Do Desing, un concept store brillante, cuyas paredes hablan en serigrafía y sus percheros laten artesanalidad. Estos grandes escenarios donde se mezclan moda, arte y cultura existen desde hace años, pero cada vez son más frecuentes y funcionales a la hora de pensar en consumir no sólo un producto sino también una experiencia.

El más famoso es la parisina tienda Colette, que este año cumple 20 marzos y sólo basta recorrerla –incluso virtualmente– para darse cuenta que en materia de concept store la curaduría es lo más importante.

La noche me encuentra compartiendo copas con Ana Cela, directora de la tienda del Museo Thyssen-Bornemisza. Le cuento mi teoría sobre cómo estas tiendas de diseño han nacido de los ya conocidos gift shop de los museos y ella asiente con una sonrisa.

Ana lleva tiempo convirtiendo cuadros y paletas de colores de artistas como Renoir, Ilya Chashnik, Dalí y Walt Kuhn en juegos de té, collares, chalinas y gafas. Un proceso que arranca cuatro meses antes y depende de las licencias de los artistas y posibilidades reales de realizar las piezas propias.

“Perseguimos que los objetos sean exclusivos y que estén inspirados en los cuadros de nuestras colecciones o en las de las exposiciones temporales.” Su último gran éxito: las tazas de té pintadas a mano inspiradas en Después del almuerzo, la pintura de 1879 de Renoir.

Objetos de colección que se convierten en el mejor regalo para un gustoso del arte o una coleccionista de prendas de absoluta expresión personal.

La autora es socióloga y blogger de moda