Tras viajar en micro casi dos días completos finalmente llegó a destino. Allí la esperaba Sandra Godoy que le ofreció trabajar como esteticista en su local. Es que desde hace cuatro años María de los Ángeles Villalba (39) trabaja como manicura, pedicura y haciendo extensiones de pestañas en Resistencia, en la provincia de Chaco. Sin embargo, como cada vez tenía menos clientas, el pasado 8 de diciembre decidió viajar a Bariloche en busca de nuevas oportunidades laborales ya que con sus ingresos ayuda a sus padres, a su hermana (tiene una discapacidad y es usuaria de silla de ruedas) y a sus dos sobrinas.
"Trabajaba todos los días unas ocho horas corridas con turnos y si alguna cancelaba aprovechaba para relajarme o me iba a la playa. Me encanta lo que hago y por suerte me tocó gente amable. Los chaqueños, generalmente, caemos bien a donde vamos porque somos cálidos y amigables", dice.
Casi todo el dinero que ganaba por mes María de los Ángeles lo enviaba a sus padres y se guardaba una pequeña parte para algunos gastos ya que hasta la actualidad sigue viviendo en la casa de Sandra. Sin embargo, como consecuencia del aislamiento preventivo y obligatorio el 16 de marzo fue el último día que el negocio estuvo abierto. Y desde ese momento, obviamente, se encuentra desocupada y sin ingresos.
"Empecé a preparar mis cosas porque cerramos el local y para el 25 íbamos a comprar el pasaje y ya no se pudo. La experiencia es muy fea, estoy varada a miles de kilómetros de mi familia y sin dinero para poder ayudarlos, es muy doloroso", se lamenta. María de los Ángeles está muy preocupada porque en Chaco la esperan sus padres (Ángela de 73 años y Justo de 80), su hermana y sus sobrinas.
"Siento una angustia terrible, pero cuando hablo con ellos lo hago como si estuviera perfecta para no angustiarlos. Mi mamá y mi papá me dicen que están bien, pero una tía me dijo que están muy preocupados. Y me mata eso, estoy partida en mil", llora.
Una luz de esperanza
Hace unos días recibió un mail desde el gobierno de la provincia de Río Negro con respuesta a un reclamo que había hecho. El correo aclaraba que, desde el gobierno de esa provincia, solamente se ocupaban de traer a rionegrinos que estuvieran en otras provincias. Por esa razón intentó comunicarse con algún responsable de Chaco y luego de varios días una persona de turismo le avisó que su caso entraba en lista de espera, aunque todavía no tiene una fecha determinada para poder regresar a Resistencia.
"Estoy contenta porque al menos me contestaron, pero a la vez me siento muy triste por estar alejada de mi familia. Por eso aún lo les conté nada. No quiero ilusionarnos con una fecha".
María de los Ángeles confiesa que no ve la hora de reencontrarse con su familia para poder abrazarlos y darles muchos besos, aunque es consciente de que no podrá hacerlo por el distanciamiento social. Pero lo más importante para ella será regresar a su casa para volver a empezar.
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