“Vivo distraído”: consejos para entrenar nuestra atención y lograr enfocarnos mejor

Muchas personas se preguntan a menudo: “Pero, ¿dónde tengo la cabeza?”. Esto sucede porque en sus ocupaciones diarias se distraen con mucha facilidad. La atención posee un tiempo de duración y se cancela, por lo general, luego de doce a quince minutos. Si bien la misma puede persistir cuando está enfocada en un objetivo, luego de ese lapso necesitamos hacer algo para reenfocarnos.

Es bien sabido que la atención mejora nuestro rendimiento laboral. Cuando hay un bajo nivel atencional en el trabajo, si nos piden hacer A, B y C, muchas veces, terminamos haciendo B, J y D por no prestar atención. Se descubrió también que la comunicación en la pareja se dificulta cuando el nivel de atención es bajo. Muchas parejas viven discutiendo porque creen que tienen diferencias; en tanto que lo que ocurre es que están hablando de lo mismo, pero su capacidad de atender y comprender lo que el otro está diciendo es deficiente.

Podríamos considerar la atención plena como un regalo. Cuando le decimos a alguien: “Prestame atención”, le estamos pidiendo: “Por favor, regalame tu atención”. ¿Cómo nos sentimos la mayoría de nosotros cuando estamos hablando y el otro está mirando el celular o pensando en otra cosa? Rechazados. La atención es terapéutica, sanadora, pues consiste en darle a la otra parte nuestra presencia y expresar con nuestra actitud: “Vos sos importante para mí”.

Te invito a considerar tres ideas al respecto:

a. Nuestra atención es selectiva

Si yo te digo: “Enfocate en la silla donde estás sentado, sentada, mientras estás leyendo esta nota”, seguramente no eras consciente de ello hasta ahora. Esto es así porque nuestra percepción es selectiva, lo cual implica que se dirige hacia un foco, hacia donde la vamos dirigiendo de acuerdo con el interés manifestado. Entonces, a mayor interés, mayor atención; y a menor interés, mayor distracción.

b. Las distracciones suelen ocurrir para evitar ciertas emociones

Básicamente se trata de dos emociones a saber: aburrimiento y estrés. Cuando uno está aburrido y está mirando una película, o está hablando con alguien, o leyendo un libro y no entiende nada, aparecen con facilidad el aburrimiento, la distracción. Y, en ocasiones, el agotamiento y las muchas presiones que enfrentamos a diario hacen que nuestra cabeza “se dispare” y tratemos de abarcar más de un tema a la vez.

c. No existe tal cosa como ser “multitasking”

Algunos dicen: “Yo hago veinte mil cosas a la vez”, pero lo cierto es que nadie es capaz de ocuparse de muchas cosas al mismo tiempo. La atención plena nos permite, precisamente, ir de a una por vez. Actualmente vivimos la vida a tal velocidad, y cambiamos de una actividad a la otra en cuestión de segundos, que creemos estar haciendo varias cosas a la vez cuando solo estamos cambiando de foco rápidamente.

Cómo podemos lograr enfocarnos mejor

En primer lugar, sabiendo que, si aumenta nuestro interés, también lo hará nuestra capacidad atencional. Por eso, si estamos estudiando, deberíamos remover todos los factores distractores externos. Por ejemplo, podemos poner el celular en “modo avión” o mover un retrato de lugar, si estos elementos son una fuente de distracción. También podemos revisar internamente si nos sentimos aburridos o estresados porque, en esos casos, inevitablemente aumentará el fenómeno de la distracción.

Si estamos realizando alguna tarea y se nos cruzan pensamientos por la mente, podemos escribirlos (“Tengo que ir a la farmacia”, o “Tengo que llamar a x”) y luego seguir con la tarea; eso disminuirá los altos niveles la ansiedad. Y algo muy importante: dividir nuestra atención por temas, en lugar de intentar hacer muchas cosas a la vez. Se descubrió que, si uno empieza algo y lo termina y continúa con otra cosa, ahorra casi el 60% del tiempo.

Todos somos capaces de entrenar nuestra atención y dirigirla hacia donde deseamos. Una técnica que le resulta útil a mucha gente consiste en que, mientras estoy haciendo algo y se me cruzan pensamientos por la mente, ignorarlos y dejarlos pasar como si fueran nubes en el cielo. Cuando un estímulo se vuelve demasiado largo, siempre va a aparecer el aburrimiento, por lo que es recomendable, cada doce a quince minutos, hacer un pequeño alto para retomar luego nuestra tarea. Todo esto nos puede ayudar a mantenernos más enfocados y distraernos menos.

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