1 minuto de lectura'

Un manjar
La de yacaré es una carne maravillosa: en sabor se parece al pescado –quizás un poco más suave–, pero con una textura similar a la pechuga de pollo y una idéntica facilidad para comerla a bocados, a puro tenedor y cuchillo. Para quienes aman comer pescado, pero abandonan ante la incomodidad de pelearse con las espinas, el yacaré puede llegar a ser la gloria misma.
Se consigue
Existe una tendencia a la revalorización del yacaré, que incluye el cuidado y la preservación en criaderos y una creciente red de distribución en todo el país. En Buenos Aires, hay al menos 10 puntos de venta (Mercado de Belgrano, carnicerías con cortes especiales como Piaf en Palermo y Granja Converso en el Abasto) y algunos supermercados mayoristas ya están ofreciendo su carne congelada.

Sustentable
La provincia pionera en esta revalorización de su carne es Formosa. También Santa Fe y Corrientes tienen producción en criaderos. En todos los casos, hay alguna forma de participación estatal (INTA o gobernaciones) porque estas carnes se comercializan en el marco de programas de conservación y uso sustentable para evitar su predación.
Ancestral
La recuperación de la técnica ancestral del rancheo o recolección de huevos fue vital: los huevos recuperados (por pueblos originarios o pobladores locales) son incubados bajo condiciones controladas de temperatura y humedad y, una vez que nacen las crías, son resguardadas alrededor de un año. De esta manera, se altera su alta tasa de mortalidad, que se calcula en el 95%. Es decir que, de cada 100 huevos en la naturaleza, solo cinco crías llegarían a cumplir un año de edad. Con este método, se devuelven a la naturaleza tasas variables de entre el 10% y el 25% de animales mayores a un año. El resto sale a comercialización.
Preparación
La carne de yacaré admite todas las cocciones: al horno, a la plancha, frita o en guisos. Lo más usual en Formosa es comer la cola cortada en discos y asada a la parrilla. Un verdadero manjar. Sin embargo, los pueblos originarios del NEA suelen comer el bicho entero, prácticamente sin desperdicio.
Palabra de Experto: Quique Sobral, cocinero entrerriano. Restaurante Bajo Llave

Desde que trabajo con carne de yacaré, encuentro algo que sucede también con los pescados: preparaciones que le tapan el sabor. Es muy usual que lo coman en chupín, esa especie de guiso con cebolla, ajo, tomate y romero que no permite valorizar una carne tan original. Así que yo hago una muy clásica hamburguesa de nuestra Mesopotamia: proceso la carne de yacaré con cilantro fresco y un poquito de salsa de soja, un huevo y un poco de harina de arroz o mandioca, para que tenga cuerpo. Y hago un pan de yerba mate, con mate cocido en vez de agua, lo que le da color y sabor.
Quienes quieran sentir la textura única del yacaré, les propongo hacerlo fileteado, vuelta y vuelta a la plancha. Antes hay que laminarlo, pasarle un pincelito con jugo de limón, coriandro y aceite de oliva para que no se pegue y resalte el sabor.
1Tejidos a mano: Artesia debutó con una colección que pone la trazabilidad en el centro de la moda
2Por qué los perros no tienen que dormir en el suelo, según una veterinaria
3La pareja que contrató a Ricky Martin, Enrique Iglesias y Marc Anthony para su fiesta de compromiso
4La verdura llena de propiedades y beneficios para la salud que casi nadie conoce






