Alberto vs. Fernández
En oratoria siempre enseñamos se puede debatir contra cualquiera menos contra uno mismo. Sin embargo, Alberto contradijo a Fernández. Sin siquiera esperar a ver los resultados de la medidas que tomó el miércoles pasado y que regían desde el viernes resolvió contradecirlas.
El Presidente eligió no leer la totalidad del texto por las críticas recibidas hace siete días, pero el resultado fue peor. Tuvo lapsus a lo largo de toda la presentación y severas dificultades para cerrar la mayoría de las frases.
El siete de abril en lugar de un toque de queda anunció una prohibición de circular de noche. Resultado de las duras negociaciones para el cierre de actividades entre las veintidós como quería Kicillof y las veinticuatro como pretendía Larreta determinó un salomónico veintitrés. Ahora resulta que la noche arranca tres horas antes, a las veinte. El Presidente” se sube al concepto de AMBA de las épocas del “trío pandemia” que todos tienen asumido, desde entonces, como una excusa para borronear las estadísticas entre Ciudad y Provincia. Hay una salvedad, parece que todos somos iguales, pero CABA es menos igual, porque todos los distritos tienen autonomía, pero Larreta no puede decidir qué decisiones tomar.
Visiblemente molesto, Fernández exhibió su descontento con los gobernadores y con la Ciudad. Les pidió que fiscalicen y controlen y dijo que hará cumplir las restricciones de circulación con las Fuerzas Federales de Seguridad. Aunque siempre remarcando a la ciudad de Buenos Aires como si fuera la culpable del Covid, en línea con la cepa Caballito que expuso ayer su ministro del Interior, Wado De Pedro.
Alberto Fernández nuevamente culpó a los ciudadanos por el aumento de casos de Covid, que según él serían los responsables del aumento de casos. También a las escuelas, que decidió cerrar, aunque ayer nomás dijo que iba a ser lo último en cerrarse, sin importar que los datos muestran que el contagio no está en las aulas. Como de costumbre no hizo mención alguna de la falta de vacunas, ni de los anteriores anuncios de 20 millones de vacunados antes del abril, ni del vacunatorio vip que todos los días suma nuevos casos.
Para finalizar el Presidente de la Nación y del Partido Justicialista cometió un error de principiante: “No me mueve ningún interés político”, aclaró, sin que nadie le preguntara; el enésimo “no piensen en un elefante de Alberto”. Todos sabemos que ese tipo de negativas solo reafirman lo que se pretende negar. Eso y no debatir contra uno mismo son las primeras cosas que se aprenden.