Amor a toda costa
Las playas fuera de temporada dan aspecto de desolación. Falta toda la parafernalia asociada con el verano: sombrillas, reposeras, carpas. Pero sobre todo se nota la ausencia de gente, del bullicio y del colorido propio del estío. Por eso se convierten en escenarios fantasma, ya que pierden la función que naturalmente tienen asignada y quedan atrapadas en el compás de espera que imponen las estaciones. En esta playa de Niza, el vacío ha sido llenado por una pareja que se está dando un beso. Ese gesto está casi impecablemente complementado por el cartel del Hotel Amour, cuyo neón rosa aporta un toque kitsch que se agradece en medio de tanta opacidad. Y, de este modo, el beso y la palabra amor se confabulan para crear un entorno donde reina la coincidencia. Siempre que consideremos que un beso contiene amor y que el amor incluye al beso: si es así, nos hemos topado incidentalmente con una sinécdoque.
Edición fotográfica: Dante Cosenza