ATC: Argentina Televisora Cultural
Con programación de emergencia hasta abril, el canal estatal se prepara para salir de su estancamiento financiero y artístico. Según los productores Cune Molinero y Miguel Rodríguez Arias y el crítico Pablo Sirvén, las claves del éxito estarían en el auspicio privado y en la calidad de los ciclos.
EL reciente desembarco de las nuevas autoridades de ATC promete un nuevo punto de partida.
No es menor el desafío para el nuevo equipo interventor, liderado por el empresario Juan Carlos Abarca, al que secundan Rodolfo Hermida como director de Producción y Operaciones, Luciano Olivera como director de Programación, Hugo Barreda como director de Finanzas y Eduardo Cura como gerente de Noticias. Ellos son quienes deberán darle nueva vida a una infraestructura sobredimensionada y plagada de vicios y conflictos. Así lo entendieron Cune Molinero, docente y productor del programa puntodoc/2 ; Miguel Rodríguez Arias, realizador y productor de televisión, y Pablo Sirvén, periodista y crítico de televisión, director de la revista Nueva y coautor del libro Estamos en el aire , en un debate organizado por La Nación .
-¿Qué opinan de la política que el Gobierno aplica en ATC?
Rodríguez Arias: -Lo fundamental es el problema gremial y eso tiene que ver con el presupuesto. Hay que ver qué se hace con esa infraestructura, porque los otros canales tienen mucha menos gente y están funcionando bien. También está el tema de la programación. ¿Se va a disponer de dinero o se podrán hacer coproducciones mixtas? Publicidad, según lo que escuché, no va a tener, pero sí puede tener auspicios.
Sirvén: -No habrá redención para ATC en la medida en que antes no haya una política de comunicación que la sostenga. Nadie sabe cómo se va a sostener ATC, si con ingresos que genere como si fuera un canal comercial o con una partida gubernamental.
Molinero: -Como productor, no me gustaría trabajar en ATC hoy, en parte por los problemas gremiales: gente que viene arrastrando maltratos y además sabe que peligra su fuente de trabajo. Por otro lado hay que ser justos y decir que se trata de gente con experiencia, y utilizarla.
-¿Cómo resolverían estos problemas?
Rodríguez Arias: -Se podrían buscar fuentes alternativas de trabajo. También hace falta un poco de creatividad: están los canales del interior, las radios, la señal de Canal 4. Se podría privatizar esa señal y con lo que se obtenga sanear ATC, pero dejarlo como canal estatal. Sé de muchos empresarios que están interesados en esa señal y tal vez lo que podría hacerse es poner como condición para su venta que el comprador se lleve gran parte del personal de ATC.
Sirvén: -Si mal no recuerdo, el Comfer les cobra a las emisoras el 8 por ciento de la facturación bruta por publicidad. Con que se destine buena parte de esa partida a ATC, creo que tenés el problema solucionado.
-¿Cómo imaginan el nuevo ATC?
Rodríguez Arias: -Según las últimas declaraciones, el perfil de ATC va a ser cultural e informativo. En ese sentido estoy de acuerdo y tengo expectativas de que la gente que rodea al Presidente, en este caso Darío Lopérfido, haya aprendido de todo lo que se vio. Le pongo una ficha a ATC, pero hay que darle seis meses. No podemos pedirle a ATC que en abril salga con una programación diez puntos.
-¿ATC debería competir con otros canales?
Molinero: -ATC no puede competir comercialmente porque tarde o temprano lo van a querer privatizar. Debe tener otras prioridades.
Rodríguez Arias: -No va a competir con los otros canales. Sería ridículo. Si lo que se busca es el modelo internacional de televisión pública, hay que tener en cuenta que la televisión pública de otros países no compite y se dedica a la cultura y la información.
Sirvén: -Me parece interesante que no se compita comercialmente porque ése es el drama de ATC: quiere seguir a los canales privados y le sale mal. Pero quienes lo dirijan tendrían que tener vocación de competir, porque la cosa cultural en este país se entiende mal, para pocos, y entonces la programación va a terminar fuera de mercado.
Molinero: -Hay que entender cómo se hace televisión hoy. Una propuesta cultural o informativa no tiene por qué ser aburrida, dados los cambios producidos en el tratamiento de la imagen y en la forma de hacer periodismo. Se pueden hacer programas interesantes con poco presupuesto.
Sirvén: -Por otra parte, por la desesperación comercial de los otros canales -tengo entendido que en 1999 el único que ganó dinero fue el 13-, me parece que, comparado con lo que ocurría hace una década, hay más espacio para un canal distinto, porque hay temas que la televisión privada ya no trata.
-Y no porque a la gente no le interesen...
Sirvén: -Claro. ATC puede apostar en otros rubros: teatro, música, debate político. Lo importante de que sean profesionales los que conduzcan el canal es que puedan manejar el lenguaje que conoce la gente y le gusta.
Molinero: -En cuanto al tema de publicidad, hay formas de que los auspiciantes acompañen determinada programación.
Sirvén: -Sí, pero tiene que haber, además, un presupuesto. Los apoyos se conceden por contactos, o por prestigio, pero no creo que porque ATC ponga un programa bien intencionado caigan quince auspicios.
-Lo que funciona para los canales en términos de costos es la producción independiente...
Sirvén: -Sí, pero me parece haber escuchado que Lopérfido es refractario a ese tipo de producciones. Aunque, actualmente, el gobierno de las emisoras va para el lado de las productoras. Telefé está en manos de Ideas del Sur, que también está haciendo cosas en el 9; en el 13 están Pol-ka y Promofilm, y (Carlos) Rottemberg en América se está expandiendo enormemente.
Rodríguez Arias: -A ninguna productora le conviene que le den un programa para producirlo con los fierros y la gente de ATC. Un programa en vivo puede ser, pero uno posproducido no lo podés hacer ahí. Y con dos programas periodísticos en vivo tampoco podés armar una programación.
Sirvén: -Sí, pero en 1984 había un ejemplo: Situación límite , de Nelly Fernández Tiscornia. Eran dos parejas con un fondo negro. También hay que apelar a la creatividad.
-¿ATC es apetecible para las productoras independientes?
Rodríguez Arias: -Hay muchas productoras chicas en crecimiento que están en perfectas condiciones de trabajar en ATC.
Sirvén: -Depende en gran medida de ATC. Si crea el espacio que tenga propuestas interesantes en distintas franjas horarias, también puede llegar a interesarle a una productora como Cuatro Cabezas.
-¿Y qué pasa con el alejamiento de los telespectadores?
Rodríguez Arias: -ATC llega al interior, eso es muy importante...
-También llega el cable...
Sirvén: -No me imagino a las familias del interior reunidas frente a la pantalla de ATC.
Molinero: -Ese es otro de los lugares comunes: "ATC, en todo el país". Bueno, si tiene esa llegada, que se trabaje en ese sentido. En ATC abundan las frases hechas. Llega a todo el país, pero no sabemos qué penetración tiene, porque puede llegar, pero de ahí a que la gente lo vea... Habría que sanear hasta el lenguaje.
Sirvén: -En ese sentido, me parece ridículo que en el 2000 se siga llamando Argentina Televisora Color. ¿Color? Los chicos no entienden por qué se llama Color. Que respete, si se quiere, las siglas, pero que se llame, por ejemplo, Argentina Televisora Cultural.
-¿Creen que el público espera ansioso el cambio de ATC?
Sirvén: -La gente está tan acostumbrada a vivir sin ATC, tiene setenta canales con el cable... Pero bueno, tal vez ATC se despache con una buena programación y la gente se enganche.
Rodríguez Arias: -Tal vez algunas productoras independientes puedan trabajar para ATC a los costos que se pueda pagar. Y traer a los auspiciantes del cable no parece disparatado si el canal tiene una programación coherente.
Sirvén: -Las empresas van a observar primero. Porque si yo fuera empresario, así como están las cosas no te pongo un auspicio. Por ahí, el Gobierno tendría que pensar en limpiar la pantalla, sacar ATC del aire por un tiempo, para que se cree expectativa. Esto no quiere decir "Cerrado", es más bien un "Disculpe las molestias, estamos trabajando".
Rodríguez Arias: -Eso sería muy bueno desde el punto de vista de la comunicación. Podría ser un mes -febrero, por ejemplo- y salir con una buena programación en abril. No sé cuánto cuesta mantener en el aire un mes a ATC. Pero así como están las cosas nadie lo mira. Por ahí hasta es una contribución para el saneamiento de sus cuentas.