De los lectores: cartas & e-mails
Salud y uso político
¿Vacunan con pecheras políticas? ¿Clientelismo político con las vacunas? No me asombra en absoluto. Cuando en 2013 se inundó mi ciudad, La Plata, eso también pasó. La Cámpora usó pecheras para “ayudar a los inundados”. En 2015 eso se repitió en otras localidades bonaerenses inundadas: Luján, Salto, Tigre, Mercedes, Pilar, San Antonio de Areco. Los militantes no dan puntada sin hilo, diría mi abuela. Sacan rédito de todo, hasta de la desgracia ajena. Está en su ADN. No desperdician una sola catástrofe para pasar el aviso. “La patria es el otro”, rezaba la leyenda de las pecheras. Sí, claro. “El otro” siempre y cuando nos vote. De lo contrario, que “al otro” lo tape el agua.
Irene Bianchi
DNI 6.688.332
Motochorros
¿No es raro que siendo los motochorros el principal flagelo se compren cientos de costosas camionetas, en lugar de motos, para combatirlos? Hay modelos muy adecuados, su precio y costos operativos son mucho menores. ¿Será solo inoperancia?
Antonio Mario Guarino
Ganancias
Está muy bien el proyecto de aumentar el mínimo no imponible para el pago del impuesto a las ganancias de los asalariados y jubilados, pero es una visión parcial, ya que se deja de lado a los trabajadores autónomos y monotributistas. En el caso del monotributo, todos los años se ajustaba la tabla imponible según categoría de acuerdo con los niveles inflacionarios del año anterior. Esta vez no se lo hizo y hubo que recategorizarse al 31 de enero pasado con las mismas tablas de 2020, cuando la inflación fue del 36,1% según cifras del Indec. Por consiguiente se les ha aumentado el impuesto a los monotributistas al subir automáticamente de categoría, así como las contribuciones para jubilación y obra social. En el caso de los trabajadores autónomos, el proyecto del que se habla también los deja de lado.
Nótese que en la Argentina hay registrados según estadísticas del Ministerio de Trabajo, a noviembre de 2020, casi 12 millones de asalariados, de los cuales 5,8 millones son del sector privado y 3,2 millones, del sector público, a lo que habría que agregar 482.000 del servicio doméstico (no sé por qué el ministerio los computa aparte), 2 millones de monotributistas (de los cuales 360.000 están registrados en el monotributo social) y casi 400.000 autónomos. Sería bueno que los beneficios fueran para todos, para cumplir con aquella máxima constitucional de igualdad ante la ley. Las cifras son elocuentes.
Jesús María Silveyra
DNI 11.045.065
Desagravio a la jueza
La jueza provincial Marta Aucar de Trotti fue objeto de severas críticas por dictar una medida cautelar suspendiendo la ley del aborto en Chaco; se sostuvo que es incompetente para hacerlo respecto de una ley nacional. Cabe recordar que las leyes civiles, comerciales, penales, laborales y de minas son nacionales, pero su aplicación, conforme las cláusulas constitucionales de reserva de jurisdicción –artículo 75 inc. 12 y 116-, corresponde a los jueces provinciales, no a los federales. La ley del aborto versa sobre materia penal, civil y de salud pública, con lo que su jurisdicción corresponde a la Justicia provincial: las cuestiones federales que se susciten podrán ser objeto de revisión, por la Corte Suprema, una vez agotada la instancia local. Por la misma razón, los jueces federales deben declarar de oficio su incompetencia en los juicios sobre la ley del aborto, por su materia mixta: local, provincial y federal. Las cláusulas de reserva de jurisdicción fueron introducidas por la Convención de 1860 a instancias, entre otros, de Mitre, Vélez Sarsfield y Sarmiento; constituyeron una reforma arquitectónica de nuestro sistema de organización de justicia –la gran diferencia con la Constitución de los Estados Unidos– y la jurisprudencia de la Corte las ha sostenido en el sentido expuesto, uniforme e invariablemente, durante más de 100 años. Sorprenden las afirmaciones de ciertos juristas respecto de una cuestión constitucional básica. El episodio muestra también la hipocresía de muchas feministas, que no han dudado en someter al escarnio mediático a una jueza que no hizo más que ejercer sus funciones, conforme las normas constitucionales que le confieren plena competencia.
Sirva esta carta como desagravio a la valiente magistrada.
Juan Manuel Soria Acuña
Vocal del Tribunal Fiscal de la Nación
Manejo del idioma
No es solo lo del agobiante “todos y todas”, o el absurdo “todes” o el impronunciable “todxs”. También está lo de decirle “la mamá” a la madre de un “chico” de treinta años, o lo de traducir al “argentino” haciéndole decir en un reportaje a un alemán “vos sabés”, o confundir ya definitivamente los verbos oír y “escuchar”. Escribir “balacera” al estilo Chavo del Ocho. O nombrar como “chica trans” a un travesti, hablar del “género” en vez del sexo de una persona, o denominar oficialmente “interrupción” del embarazo al aborto. O llamar “presos políticos” a los condenados por delitos comunes o “internos” a los presos, o en el tema ideológico “socialistas” o “stalinistas”, según, a los comunistas, “progresistas” a los de izquierda, “peronistas” a los kirchneristas o “de centro” a los de derecha. O el uso permanente de palabras rebuscadas que no quieren decir nada, habitualmente encabezadas por el penoso “pienso de que”, y así podríamos seguir. Sin olvidar a algún gobernador que dice “haiga”.
La confusión del idioma, premeditada o por ignorancia, es un síntoma social grave.
Roque A. Sanguinetti
En la red
Preocupación en el Gobierno por la presencia de un submarino nuclear de Estados Unidos en el Atlántico Sur
“¡Que hagan lo mismo con todos los pesqueros chinos y japoneses que vienen a depredar nuestra fauna marítima! Con esos no hacen nada y destruyen todo”
Ana Inés
“Se enteraron por las redes sociales. Increíble el nivel de gobierno que tenemos”
Mariana Romano
“Si está en aguas internacionales no hay problema en que navegue ahí, diferente es si entra a aguas nacionales. ¿Por qué no se preocupa el Gobierno por los barcos de pesca chinos que invaden el Mar Argentino?”
Gustavo Corradi
Los textos destinados a esta sección no deben exceder las 15 líneas o los 1100 caracteres. Debe constar el nombre del remitente, firma, domicilio, teléfono y número de documento. Por razones de espacio y de estilo, LA NACION podrá seleccionar el material y editarlo. Los mensajes deben enviarse a: cartas@lanacion.com.ar o a la dirección: Av. Del Libertador 101, Vicente López (B1638BEA)
LA NACION