Los culpables son los otros, boleta única y confinamiento
Carta de la semana
Los culpables son los otros
Fragmentos del anuncio del señor Presidente del jueves pasado:
“A mediados de marzo anuncié que lamentablemente iba a llegar la segunda ola y lamentablemente tuve razón”.
Lástima, señor Presidente, que nadie de su gabinete lo escuchó, pues hubiéramos evitado muchas muertes.
“Hubo decisiones que no compartimos, algunas de las cuales fueron judicialmente avaladas, que debilitaron las acciones contundentes que nosotros propusimos para controlar la crítica situación”.
Qué raro que las acciones contundentes no controlaron la crítica situación donde sí se realizaron.
“Elaboramos indicadores precisos para establecer el riesgo epidemiológico y sanitario de cada rincón del país. Estos indicadores nos permiten conocer de antemano las restricciones que deben conocerse en cada contexto”.
Sabiendo de antemano el riesgo, se podría haber comenzado antes de Semana Santa.
Señor Presidente, los culpables siempre son los otros. Ustedes actuaron en forma impecable; lo más importante que deberían haber hecho es conseguir vacunas y no lo supieron hacer, y lamentablemente parte de las pocas que consiguieron algunos pillos de su gobierno se las robaron.
Jorge Robbio
jorgerobbio@gmail.com
Boleta única
La oposición parece haber dejado pasar la oportunidad para presionar, como lo había anticipado en la negociación para la postergación de las elecciones PASO por un mes (de agosto a septiembre), para lograr la boleta única papel (BUP) y alcanzar así una mayor transparencia electoral (además de bajar la incidencia de posibles contagios). Todo el arco político parecía estar de acuerdo en que esa debía ser la moneda de cambio entre acceder a la postergación y dejar sellado un acuerdo que garantizase que las próximas elecciones serían con este sistema. Más de 30 organizaciones civiles vienen pidiendo desde 2020 que en las próximas elecciones legislativas se utilice este sistema BUP, que ya fue probado en varias provincias, como Santa Fe, que lo usa con éxito desde 2011.
Es necesario que la oposición retome la iniciativa para garantizar transparencia en las próximas elecciones legislativas, donde se jugará gran parte del futuro institucional del país.
Juan José de Guzmán
jjdeguz@gmail.com
Confinamiento
El Gobierno decidió, creo que con buen criterio, decretar un confinamiento estricto en el país. El término utilizado es el correcto, desde lo etimológico. Sus sinónimos pueden ser relegación, destierro, encierro o reclusión. Toda palabra constituye un código de comunicación entre el emisor y el receptor de aquella, con el fin de transmitir una idea . En este caso, la primera lectura del titular de la nacion del viernes pasado, refiriéndose a un “confinamiento estricto”, me produjo escozor, ya que inconscientemente me llevó al recuerdo de los terribles gulags de la época siniestra del estalinismo de la ex Unión Soviética, que eran confinamientos en campos de prisioneros en Siberia. Por eso considero que en la comunicación oficial se careció de la necesaria sensibilidad para ponerse del lado del receptor del mensaje, hoy muy angustiado por su situación de zozobra e inseguridad.
Creo que se debió haber utilizado otro término menos terrible, por ejemplo, “inmovilidad transitoria”, o algún otro similar.
Arq. Fernando Aftalión
aftalion.fernando@gmail.com
Ideología
Días pasados hablaba en televisión el talentoso actor Gustavo Garzón. Estaba orgulloso de la gestión de las vacunas por parte del Gobierno porque, según mencionó, “somos el país 16 en el ranking de cantidad de vacunas obtenidas”. Solo le faltó decir que si fuéramos Uruguay ya hubiésemos vacunado dos veces a nuestra población. Lo que no mencionó el señor Garzón es que si vemos al ranking de vacunados cada millón de habitantes ocupamos el triste puesto 88. Un claro ejemplo de cuando la ideología impacta en nuestra capacidad de razonar o es utilizada con fines miserables. O ambas cosas.
Adrián Blanco
DNI 17.199.272
Plan realista
Con la embestida oficialista para reformar el Ministerio Público Fiscal, el presidente Fernández, que venía a cerrar la grieta, la ha profundizado y con la devaluación de su palabra, hay muy pocas expectativas de que vaya a encarar un cambio cultural en su gobierno, para consensuar políticas de Estado y encarar las reformas estructurales necesarias para fortalecer nuestro sistema institucional y sanear la economía. En lo inmediato solo cabe esperar más inflación, más pobreza y menos república. Nuestra única esperanza para preservar las instituciones es el resultado de la próxima elección, para la cual es importante que los candidatos a legisladores defiendan a rajatabla la independencia de los tres poderes del Estado y formulen propuestas racionales para controlar la inflación, estimular la inversión, la demanda de empleo formal y disminuir la pobreza. Pero también es importante que el electorado sepa distinguir entre quienes ofrecen mágicas promesas populistas de corto plazo y los que tienen un plan realista y consistente para revertir el empobrecimiento y la decadencia creciente del país.
Ricardo E. Frías
DNI 4.362.046
Poder y gobierno
Con frecuencia se oyen o leen frases que confunden poder con gobierno. Entonces se dicen frases como la que leí recientemente, que rezaba: “¿Para qué aspiramos los dirigentes políticos a acceder al poder?” Los políticos deben aspirar a gobernar, en primer término, y en todo caso ejercer el poder que ello les confiere, pero con las limitaciones propias del régimen constitucional.
Guillermo Lascano Quintana
lascanoquintana@hotmail.com
Invocaciones a Dios
Este sería más bien un correo dirigido a familiares y conocidos, porque (como le debe suceder a mucha gente) mi celular se encuentra saturado de mensajes en los que, además de proferirse imprecaciones de todo tipo relacionadas a decisiones del actual gobierno nacional, por situaciones críticas de actualidad, se invoca la ayuda o protección de Dios Nuestro Señor en tales circunstancias. No es el camino. Él está muy ocupado en resolver otros problemas, seguramente, más importantes que los nuestros. Ejemplos: Medio Oriente, Covid y el narcotráfico mundial, entre otros. A los argentinos nos dio una tierra maravillosa, pero también nos legó el libre albedrío de seleccionar, proponer y elegir a nuestros gobernantes. Basta de “mensajitos” y oraciones. Dios está muy ocupado. En serio. Cosechamos lo que sembramos. A buen entendedor...
César Tito Román
polocolon@icloud.com
App Cuidar
Tengo un “vicio”, almorzar con mi hija. Lo hice sin saber obviamente que unos días después ella iba a dar positivo de Covid. Era esperable, siendo trabajadora de la salud y con lo expuestos y cansados que están. Pero el gusto de almorzar con ella es de los pocos que me estoy permitiendo en esta pandemia. Desde ahí mi nombre pasó a ser contacto estrecho, y mi app Cuidar bloqueada. Todo lógico hasta el 20 de abril, cuando me dieron el alta llamándome del ministerio. ¿Mi app? Aún sigue bloqueada después de un mes. Ese día empezó mi calvario, no puedo circular ya que según los controles tengo Covid (aclaro que nunca tuve síntomas siquiera, nunca ingresé a la base de datos como hisopada). ¿La mesa de ayuda de la app? Sus respuestas siempre son que ingrese al mail de desbloqueo (obvio, respuestas automáticas). ¿Qué hago? Cumplo, como me obliga a cumplir el Gobierno. ¿Qué tengo? Una colección de 17 números de reclamos distintos. ¿Y el 148? Contestan: “Qué raro, nunca nos pasó, no sabemos qué hacer. Si el link no te desbloquea andá a hisoparte, así figurás como sospechosa y después al dar negativo capaz que te desbloquean”. Eso sí, por suerte me respondió la supervisora. ¿Mi libertad? Truncada. ¿Mis energías? Gastadas de tantos mails enviados para que nadie los lea. ¿Mi trabajo? Se complica viajar, pero voy igual (como lo hacemos todos los que decidimos no cobrar planes).
Tal vez, solo tal vez, alguien lea esto, alguno de los que simplemente con un clic me devuelvan la libertad de circular. Eso sí, hasta las 20.
Adriana B. Bisbal
DNI 17.200.733
Fumadores
La necesidad de los espacios gastronómicos abiertos en veredas y patios padece de la frustrante presencia de fumadores, que convierten al público en general en aspirador pasivo de cigarrillos y habanos. Hay mesas donde dos o más personas fuman y esparcen el olor a través del humo a las mesas contiguas. Se observan fumadores que no bien encienden el cigarro empiezan a toser, con las consiguientes molestias y temores de quienes estamos alrededor tomando un café sin barbijo. Es hora de que las autoridades en forma inmediata tomen medidas, por cierto impopulares, para personas que sufren un trastorno emocional adictivo y apuesten por la salud pública, que en estos momentos debería ser una preocupación primordial.
Luis E. Laspiur
laspiuroliver@gmail.com
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