Como pompas de jabón
NIZA, FRANCIA.- El todavía cálido día de otoño demora la vida al aire libre en la bella costa de Niza. Frente a un espejo de agua, las actividades no son tan distintas a las que conocemos en estas latitudes: conversaciones, lentas caminatas, contemplación y las nunca desdeñables atracciones que ofrecen los artistas callejeros. El juego de hacer y atrapar burbujas no es una repetición casual ni producto de la globalización. Ese objeto frágil no solo impone el desafío de saber armarlo, destreza que, con paciencia, práctica y la dosis justa de agua y jabón, se alcanza. La temblorosa forma que se eleva y de pronto estalla, con o sin el alcance de nuestros dedos -o de las manos más ilusas de los niños-, evoca varias metáforas que necesitamos recordar: la fragilidad de nuestras creaciones, lo efímero de la belleza, la fugacidad de la alegría.