Coronavirus. Cómo establecer prioridades en tiempos de pandemia
Por lo general, durante este tiempo de pandemia por coronavirus, todos, de una u otra manera, transitamos por tres fases: (a) miedo, (b) bajón anímico y (c) hastío. Psicológicamente, sentimos que estamos en una encerrona: si salimos podemos contagiarnos y, si nos quedamos, también perdemos la posibilidad de salir, de continuar con nuestras tareas habituales. Es decir, ya sea que elijamos la primera o la segunda opción, en ambos casos algo perdemos. Se trata de una elección entre perder y perder. Sin embargo, si salimos y nos contagiamos, hay probabilidades de enfermarnos; es decir que la pérdida es la ganancia más grande que podemos tener.
Entonces, estamos en condiciones de saldar las pérdidas que tenemos.
Básicamente, tenemos la pérdida de la movilidad. En el ajedrez hay una apertura que se llama "Gambito del rey", donde al comienzo se sacrifica a un peón, pero se ganan estrategias más adelante. Si bien al principio de esta cuarentena sacrificamos la capacidad de movilización, de vernos con los afectos estamos ganando la vida. Cuando colocamos en la balanza lo que perdemos, concluimos en que vale la pena, dado que la máxima ganancia es la vida.
Estamos atravesando una crisis disruptiva contra un enemigo invisible del cual no tenemos un registro psíquico de haber vivido antes. Lo que hizo esta pandemia fue desnudarnos a todos. Independientemente de dónde vivamos, estamos todos en la misma condición. Un virus microscópico nos puede quitar del planeta. Seguramente, habrá personas que harán introspección y se preguntarán: "¿Qué cosas valen realmente en la vida?", "¿Estoy poniendo mis objetivos y mis prioridades en un lugar equivocado?". Otros, en cambio, harán cambios cosméticos o volverán a la misma vida que llevaban antes de la pandemia.
En la medicina de urgencias y frente a una catástrofe (inundaciones, guerras, etc.) los médicos, utilizan el triage que en francés significa "clasificar", "seleccionar". El triage es un método por el cual se le asigna a cada accidentado un color, de acuerdo a la gravedad y urgencia de su estado. A las personas que necesitan una atención inmediata, corresponde asignarles el color rojo; con el amarillo se identifica a aquellos que por su gravedad y riesgo vital necesitan atención durante la siguiente hora, y si el accidentado no tiene en compromiso su vida y la atención puede esperar, se le asigna el color verde. Este método permite priorizar el orden de atención de los pacientes.
En este tiempo necesitamos hacer un triage psicológico. Dicho de otro modo, debemos determinar qué cosas son importantes en la vida y hacer esa clasificación.
Para priorizar es necesario entender que no todas las tareas, especialmente en este tiempo, tienen el mismo nivel de importancia, no todas tienen la misma urgencia y no todas deben ocupar el mismo tiempo. Entonces, teniendo en cuenta que el día tiene 24 horas, y que disponemos de cierta energía y recursos para lograr nuestros objetivos, debemos preguntarnos qué tareas debemos hacer ya, cuáles en la próxima hora, cuáles pueden esperar un poco más y cuáles se pueden delegar. Y, ciertamente, nuestras emociones y nuestros afectos, ocupan un lugar de importancia primaria en este hecho de establecer prioridades.
Lo más valioso que tenemos son los vínculos afectivos. Somos seres amorosos, gregarios, necesitamos estar con el otro, compartir con la familia, los amigos. En la antigüedad, cuando el hombre estaba en la caverna y se lo separaba de la manada, moría, dado que nadie se puede salvar solo. El individualismo es un virus invisible que ya viene afectándonos y que también debemos erradicar de nuestras vidas. Nos necesitamos unos a otros, y esta pandemia nos está enseñando que nos cuidamos juntos. Regalémonos palabras de amor y afecto. Las palabras acarician y entran a nuestro espíritu. Y recordemos que nos curamos cuando ayudamos al otro.
Si tenés alguna inquietud, podés escribirme a Bernardoresponde@gmail.com