Dos obras imperiosas y con enormes beneficios en el río Bermejo
La construcción de un canal y un puerto de aguas profundas tendría un importante impacto económico
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En presencia del debate por una crisis cambiaria de grandes proporciones que se desarrolla en nuestro medio y que continúa una casi inverosímil realidad que lleva más de 75 años de duración, con una moneda local cara y un dólar barato, lo que nos impide exportar lo que debemos exportar, nos ha parecido preferible plantear públicamente la necesidad de construir, hermanados con Bolivia y Paraguay, el canal que utilizaría al río Bermejo para desarrollar 250.000 kilómetros cuadrados del noroeste argentino y construir, además, un puerto de aguas profundas para reducir los fletes muy elevados que estamos pagando. Se trata de una imperiosa exigencia que permitiría sacar a la población argentina de la presente pobreza y desesperanza: tendría el agua que necesita, hidroelectricidad, los alimentos que quisiera, una vida digna propia del federalismo real que presupone casas habitables, trabajo serio y escuelas formadoras de la conducta y el saber.
La zona aludida tiene algo más de un habitante por kilómetro cuadrado y se extiende por parte del territorio de las provincias de Salta, Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Jujuy y Santa Fe. En lo que concierne a las otras dos naciones hermanas, tener acceso a los canales a construirse y a un puerto de aguas profundas, para terminar con su mediterraneidad, sería un factor muy importante en su vida.
La utilización del rio Bermejo como nexo fluvial se remonta a los jesuitas. En el gobierno del General Agustín Pedro Justo comenzó a estudiarse el canal lateral del rio Bermejo. En 1956 el general Aramburu decretó construir un canal lateral al río Bermejo desde Salta al río Paraguay. En 1957 se creó la Comisión Nacional del Río Bermejo, que fue presidida por el contralmirante Gregorio Portillo, cuyos trabajos inspiraron al Dr. Nicolás Boscovich-un notable estudioso argentino, que entre otros cargos fue Coordinador de la Comisión Especial del Rio Bermejo de la Cámara de Diputados de la Nación-, cuya filosofía” era utilizar el caudal de ese río y sus afluentes para la creación de una infraestructura de usos múltiples: energía, navegación, control de crecidas, neutralización de sedimentos, provisión de agua para beber y usos industriales, riego, ganadería, forestación y un sin número de beneficios indirectos para todo el Norte Argentino (NOA-NEA). Sin perjuicio que, por el tiempo transcurrido se debían replantear muchos aspectos del proyecto de la Comisión Nacional, el Dr. Boscovich lo calificó de “…excepcional para hacer del aprovechamiento del Bermejo un eje del desarrollo y un eje integrador del interior argentino…”.
Mediante el río Bermejo se puede desarrollar una zona casi desértica de unos 250.000-km2 instalada en el corazón de nuestra república. Más adelante hablaremos de la provincia de Córdoba. El Bermejo tiene un caudal promedio de unos 450m3 por segundo. El régimen natural del río provoca graves inundaciones, destrucción de sembradíos, mortandad de animales, daños en poblaciones y viviendas rurales, por los prolongados anegamientos de extensos territorios. El río Bermejo, en su régimen autóctono - sin regulación en la cuenca superior-no solo derrocha el más escaso y valioso recurso natural de la región que es el agua, sino que representa el más terrible flagelo todos los años en los periodos de lluvia. En el norte se lo conoce como el “rio salvaje” por las crecidas anuales depredatorias de verano (hasta 15.000m3 por segundo en crecidas extraordinarias), y los insignificantes caudales en las dos terceras partes del año, con solo unos 20m3/seg. en Juntas de San Francisco. El aprovechamiento múltiple, en la palabra de ese patriota notablemente capaz como fue el Dr.Boscovich, “..significa usar el agua para la generación de energía, el transporte por canales navegables, la provisión regular para consumo humano, de la ganadería y la industria, para riego y colonización agraria”.
El transporte fluvial, según Boscovich, “mediante el sistema de trenes de lanchones por empuje permitirá movilizar a costos muy bajos grandes volúmenes de petróleo, minerales, madera, ganado en pie, productos del agro y todo tipo de carga de mucho volumen y peso, tanto de esas extensas regiones del NOA Y del NEA, como el tráfico internacional de Bolivia y Chile”. Nosotros decimos también Paraguay. “Por este medio, el costo del transporte a larga distancia se puede calcular en 5,15 y 60 veces menos que por ferrocarril, camión y avión, respectivamente. “Podría dársele salida al mar al Chaco Paraguayo racionalizando al rio Pilcomayo y sus aguas con un dique que las derivara parcialmente en un canal que, atravesando Formosa, se conectara con el canal que desagüe en el Rio Paraguay”. La provincia de Córdoba debería ser incorporada a este proyecto, en nuestro criterio, por su inmensa capacidad humana y su potencial agrícola e industrial.
Consistente con la política de desarrollo de la cuenca del río Bermejo, lo que implica transformar una región casi desértica en un emporio de valiosos bienes, muchos de los cuales habría que exportar para lo cual deberían los pueblos de Argentina, Bolivia y Paraguay construir un puerto de aguas profundas y dar salida comercialmente imprescindible a los frutos que generarían las nuevas instalaciones de los tres países.
Existe un proyecto de ley que fue presentado al Congreso por uno de los autores de este trabajo cuando fue diputado nacional -el Dr.Eduardo N.. Conesa -quien lo redacto juntamente con el capitán de navío Francisco Cachaza Iramont, titulado “Ley de puertos de aguas profundas”, intereses marítimos, fluviales, pesqueros y portuarios-obras públicas-asuntos constitucionales y presupuesto y hacienda-5158-d-2017-26-8-17”. Ese puerto se debe construir en algún lugar de la costa de la provincia de Buenos Aires y seria abastecido desde el canal del rio Bermejo y desde los puertos de la CABA, de Rosario, de Timbúes, de San Lorenzo y otros. Los puertos del Paraná y del Río de la Plata podrían utilizase a su vez como vía de acceso al puerto de aguas profundas al que se llegaría por medio de barcazas chatas de 100 metros de largo y 6 metros de calado como ocurre en el río Mississippi en los EE.UU. y los puertos de aguas profundas del golfo de México, o el lago Michigan, el río San Lorenzo y el Puerto de Nueva York. Esto significa que los puertos sobre el Paraná y el Río de la Plata no perderían importancia y serían mucho más y mejor utilizados, pero a costos mucho menores, al evitarse la necesidad del dragado y el sistema de prácticos. Las barcazas chatas de 6 metros de calado y 100 metros de largo podrían llegar al puerto de aguas profundas el cual permitiría recibir buques de hasta 200 mil toneladas de carga y 15 metros de calado, que son los que se usan desde 2015 en el transporte internacional por la profundización de los canales de Panamá y Suez para buques de gran calado, los cuales abaratan considerablemente el costo del transporte por las “economías de escala”.
Nuestro futuro puerto sería altamente rentable y podría hacerse por el sistema de “concesión de obra pública” con el sector privado, previa licitación pública internacional y adjudicarse a la empresa que ofrezca hacerse cargo con menores costos operativos, para nuestros países. La rentabilidad mínima calculada seria del 14% en dólares de valor constante por un plazo de 30 años, después de los cuales el puerto de aguas profundas pasaría a poder de Argentina, Bolivia y Paraguay, para ser nuevamente concesionado, si así se decidiera. Un aspecto importante de nuestro argumento radica en que el puerto de aguas profundas, juntamente con la canalización del Bermejo permitiría utilizar miles de hectáreas agrícolas adicionales y desarrollar industrias que actualmente nuestros países tienen sin explotar y, al mismo tiempo, abaratar el costo de nuestras exportaciones e importaciones en el mercado mundial.

