
El nuevo desorden del orden internacional
El impulso detrás de la agenda de política exterior de Donald Trump tomó al mundo por sorpresa. El compromiso de Estados Unidos con la defensa del orden liberal y la diplomacia se ve afectado, todo parece indicar que perdió cierta brújula moral atacando aliados. Amenazó con anexionarse Groenlandia –territorio autónomo de Dinamarca–, anexar Canadá como el 51er estado de su país –en una actitud realmente ofensiva– y recuperar Panamá para extender el dominio de EE.UU. Excluyó inicialmente a Europa y a Ucrania al encarar negociaciones con Rusia, fortaleció su alianza con Israel y propuso desplazar a los palestinos de Gaza. Al respecto, el ministro de Asuntos Exteriores de Egipto manifestó su aprecio al comentario de Trump durante una reunión en la Casa Blanca con el primer ministro de Irlanda, Micheál Martin, acerca de que “nadie está expulsando a ningún palestino en Gaza”,
Tal vez no esté claro si estas tácticas están destinadas a reordenar Europa o Medio Oriente o se orientan a obligar a socios occidentales a tomar decisiones trascendentes. Su poderío militar le otorgó a EE.UU. un liderazgo natural dentro de la OTAN como paraguas protector de Europa durante décadas. El aparente desprecio de Trump por los valores que sustentan el orden internacional liberal está obligando a Europa a estar a la altura de las circunstancias. La Comisión Europea está intensificando sus esfuerzos desde principios de marzo. Presentó un plan de rearme y en el ámbito diplomático los países europeos y Canadá se han unido en torno a Zelensky. Desde una perspectiva transatlántica desean tener a EE.UU. muy involucrado en la seguridad europea, en cumplimiento de la garantía de defensa colectiva del artículo 5 de la Carta y la contención de Rusia, en particular los países bálticos y Polonia; en tanto países como Francia están promoviendo una mayor autosuficiencia europea en materia de defensa. Tal vez lo vean como una oportunidad para lograr una autonomía estratégica de Europa. En tal caso los líderes europeos tendrán que convencer y sensibilizar a sus opiniones públicas, quizás exagerando la amenaza ante previsibles sacrificios, ya que un mayor gasto en defensa supondrá afrontar menos gasto social e incidirá en el bienestar europeo. La lógica de Putin –acorde con posicionamientos históricos y sueños imperialistas de Rusia– es expansionista. ¿Cuál será la percepción de Putin frente a una debilidad de la OTAN? El Parlamento ruso aprobó un aumento del 30% en la ley de presupuesto para gastos militares para este año. ¿Podría lograr Putin colocar un gobierno títere en Kiev? ¿Podría Rusia expandir su área de influencia? En ese hipotético caso los primeros candidatos en verse desestabilizados podrían ser países como Moldavia –del que forma parte Transnistria, región separatista prorrusa–, los países bálticos y hasta Polonia (que en febrero pasado anunció un plan de inversiones de 155.000 millones de euros en defensa y seguridad).
Por otra parte, el resultado de su política y su enfoque del comercio global es incierto y hay indicios de una reacción política negativa y temblores en los mercados bursátiles; China, Canadá y México son los socios principales en materia de comercio y representan más del 40% del comercio total de EE.UU.
¿Existe una clara conceptualización geoestratégica de Trump? ¿Estará buscando Trump una entente con Rusia para frenar a China o estará pensando en un reparto de tres imperialismos con sus respectivas zonas de influencia? ¿Cómo se va cimentando el nuevo desorden del orden internacional? Incertidumbre es the name of the game.
Miembro del Servicio Exterior de la Nación; exembajador en Nigeria y Filipinas y E/N en Canadá





