El Reino Unido y la Argentina: un vínculo que trasciende el tiempo
Hoy se cumplen 200 años del inicio de las relaciones diplomáticas entre ambos países
6 minutos de lectura'


¿Cómo sintetizar una historia en la que se entrelazan toros pioneros con estrellas de fútbol, premios Nobel con canciones que cosechan 100 millones de reproducciones en Spotify, el Malbec con el Scotch y la tragedia con la redención que llega de la mano de una proeza humanitaria? La respuesta: no se puede.
Hoy se cumplen 200 años del inicio de las relaciones diplomáticas entre el Reino Unido y la Argentina. La firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, aquel 2 de febrero de 1825, se convirtió en el hito fundacional del vínculo más intenso que mi país ha tenido con una nación latinoamericana, y significó en la práctica el primer reconocimiento a la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata por parte de una de las grandes potencias europeas de la época.
Comenzó así un recorrido de dos siglos durante los cuales, más allá de los eventuales desafíos y distanciamientos que atravesamos, ambos países han demostrado un profundo compromiso con la cooperación, el entendimiento mutuo y la amistad. Argentinos y británicos han compartido una historia rica en intercambios comerciales, culturales, científicos y humanos. Este bicentenario no solo resalta el valor de un pasado compartido, sino que también invita a reflexionar sobre el presente y el futuro de nuestra relación.
Durante el siglo XIX y comienzos del siglo XX, los intercambios comerciales fueron clave para consolidar el vínculo bilateral. El Reino Unido jugó un papel fundamental en la infraestructura argentina –mediante el desarrollo de la red ferroviaria– y también en la integración de la Argentina al mercado global, especialmente en sectores como la agricultura y la ganadería. Desde que John Miller trajo a Tarquino, el primer toro de pedigrí que ingresó a la Argentina, esta simbiosis no paró de crecer: hoy el 84% de las vacas en la Argentina son de raza británica.
Este lazo comercial nunca se rompió, y sigue siendo uno de los pilares fundamentales de nuestras relaciones, con un comercio bilateral de más de mil millones de dólares anuales, que abarca una amplia gama de sectores, desde la tecnología médica hasta el vino mendocino y el whisky escocés. Más de 100 compañías británicas invierten hace varias décadas en la Argentina, y muchas empresas de aquí están encontrando oportunidades de expansión en el Reino Unido, particularmente en áreas como la inteligencia artificial, donde las start-ups argentinas están demostrando un alto nivel de creatividad y eficiencia.
La educación y el intercambio cultural han sido otro de los grandes pilares que nos unen. Por décadas, los estudiantes argentinos han viajado al Reino Unido para estudiar en nuestras prestigiosas universidades, mientras que muchos británicos han tenido la oportunidad de experimentar la rica cultura argentina. Las becas de intercambio –como las Chevening-, los programas educativos y los eventos culturales son la prueba de la profundidad de este vínculo. Sin ir más lejos, como resultado de los asentamientos galeses en la Patagonia, la Argentina es el país fuera del Reino Unido donde más gente habla ese idioma británico de origen celta.
Las exposiciones de arte, los festivales de cine y las colaboraciones musicales son ejemplos de cómo el intercambio cultural entre nuestras naciones y entre nuestros artistas sigue creciendo, creando puentes que refuerzan nuestros lazos humanos. Hay una particular sintonía entre los artistas y los públicos de nuestros países, con ejemplos que van desde la amistad cultivada por Virginia Woolf y Victoria Ocampo hasta la reciente sociedad en una canción de éxito mundial entre Coldplay y Tini. Y tomada la cultura en un sentido amplio, podemos también señalar los múltiples puentes deportivos entre nuestros países, que incluyen la fundación de la AFA a manos del escocés Alexander Watson Hutton o la destacada actuación de Colapinto en 2024 (como antes fue Reutemann) en la escudería británica Williams. El fanatismo que tienen tantos chicos y chicas argentinos por equipos de la Premier League es la contracara perfecta de la adoración que profesan tantos connacionales míos por jugadores como Mac Allister, Garnacho o el Dibu Martínez.
En el campo científico y tecnológico, nuestras naciones también han avanzado de la mano, ya desde el siglo XIX, cuando Darwin viajó a las costas bonaerenses y descubrió unos fósiles que resultaron fundamentales para su teoría de la evolución. Y unas décadas más tarde una hija de inmigrantes británicos, Cecilia Grierson, se convertiría en la primera doctora en medicina argentina y la creadora de la primera Escuela de Enfermeras. Asimismo, el Reino Unido ha sido un socio valioso en la formación de científicos argentinos (incluyendo ganadores de premios Nobel como Leloir y Milstein), y nuestras universidades y centros de investigación han trabajado en conjunto en diversas áreas, desde la biotecnología hasta la ingeniería. Las colaboraciones en investigación científica no solo benefician a nuestros países, sino que también contribuyen al progreso global y son claves para el desarrollo de nuevas soluciones para los desafíos como el cambio climático y la sostenibilidad.
No ignoro que también hemos tenido páginas más tristes en estos 200 años de historia, particularmente el conflicto bélico de 1982. Pero así como mi país se ha enfrentado en el pasado en guerras con países que hoy son algunos de nuestros principales aliados (como Estados Unidos, Francia o Alemania), de la misma manera estoy convencida de que el Reino Unido y Argentina van camino a recuperar esa alianza sólida que brillaba un siglo atrás, cuando el entonces Príncipe de Gales visitó este país para celebrar el primer centenario de relaciones diplomáticas bilaterales.
En los últimos años, los esfuerzos de ambos gobiernos por recorrer el camino de la reconciliación vieron sus frutos en el éxito del Proyecto Humanitario que permitió la identificación de casi todos los soldados enterrados en el cementerio argentino cerca de Darwin. Creo que este es otro de los motivos que tenemos británicos y argentinos para estar orgullosos de nuestra relación.
Al conmemorar estos 200 años de relaciones diplomáticas, es importante reconocer que el vínculo entre el Reino Unido y la Argentina no es solo una cuestión de historia, sino una base sólida para el futuro. Los lazos comerciales, culturales, científicos y diplomáticos seguirán siendo esenciales, y hay un gran potencial para que sigan creciendo y fortaleciéndose en los próximos años. Hemos logrado mucho, pero el camino por delante es aún más prometedor.
Embajadora británica en la Argentina