Reseña: Sangra en mí, de Liria Evangelista
"Mi madre inmensa, odiada, amada, todopoderosa, vulnerable […] mi madre que era la boca atroz que me engullía y el cuerpo generoso para mis alas…", escribe Liria Evangelista (Buenos Aires, 1961) en un pasaje de Sangra en mí, un texto cuya tumultuosa fuerza emocional busca aplacar el impacto afectivo producido por la muerte de su madre, ocurrida en 2016.
La autora se sumerge de lleno en un duelo que no elude los aspectos conflictivos de la relación con su madre y aborda con crudeza las instancias más duras de su decadencia física y mental ("… cuando el glaucoma le reventó el ojo izquierdo, cuando sobrevino la sordera, cuando nada podía esconder los olvidos […] le decreté a ella la vejez y a mí el espanto").
Evangelista –escritora, crítica literaria y profesora universitaria– evoca lugares y momentos, como su infancia en parque Chas, su iniciación en la lectura y sus clases de piano. Su prosa expresionista apela a la intensidad y a un lirismo acerado para conseguir un efecto transformador que la ayude a superar sensaciones contradictorias ("Escondí mi asco, mi repulsión. Los hice amor."). Recurre al psicodrama a través de un punzante diálogo teatral entre ella y su madre, cita estrofas de canciones (tangos en su mayoría) e imagina una conversación con Roland Barthes, a propósito de su Diario de un duelo.
Con todos estos elementos compone una elegía feroz que trata de exorcizar los demonios filiales y propone una áspera catarsis, hecha de devoción y rebeldía, sin renunciar a la sinceridad más honda ni al cariño más leal.
Sangra en mí
Por Liria Evangelista
Modesto Rimba. 94 páginas, $ 350