Interferencias
“Respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo… en defensa del derecho a la vida, la libertad y la propiedad privada”, suele repetir como un dogma Javier Milei. “Todo lo que pueda hacer para eliminar las interferencias del Estado lo voy a hacer”. “Cualquier restricción a la libertad de empresa empuja a la sociedad hacia el socialismo”, le dijo al semanario británico The Economist hace poco. Definiciones a las que el Presidente se ata, sin miedo a las contradicciones.
Mientras tanto, el Ministerio de Trabajo se niega a homologar convenios paritarios que incluyan aumentos salariales por encima de la pauta oficial, acordados entre empresas y gremios privados. Ejemplos: el Sindicato de Camioneros había pactado con las cámaras del sector un aumento trimestral de 8,5% acumulado entre diciembre y febrero. El gremio que lidera Hugo Moyano le dio al Gobierno de su propia medicina y lo acusó de “coartar la libertad de los trabajadores de negociar sus salarios con las cámaras del sector”. Trabajo solo aprobó el convenio cuando las partes acordaron una suba acumulada de 5,5%. Algo similar ocurre en Sanidad y en Gastronómicos.
¿Contradicciones o pragmatismo? Parece que el Estado es necesario para algunas cosas.
