En el campo empresario. La ausencia de gestión
Los dos mandatos de Carlos Menem se desarrollaron con un acuerdo más o menos generalizado entre los principales representantes del sector empresarial. Pero con el inicio de la recesión, que perdura hoy convertida en depresión, y la devaluación en Brasil, las coincidencias empresariales parecieron desaparecer.
A grandes rasgos, aparecían los interesados en la mejora del tipo de cambio real tal vez por la vía de la flotación cambiaria, restricciones al comercio internacional y revisión de las tarifas de los servicios públicos privatizados. El segundo bloque defendía la convertibilidad y la integración en el proceso de globalización, la mantención de la apertura y el ajuste fiscal. Esa fue la causa de la fractura del Grupo de los 8, que se mantuvo hasta esta semana. Ahora, por primera vez, los empresarios han mostrado unidad completa en un reclamo muy claro: acuerdo político y capacidad de gestión.
Quizás ha ayudado a esta renovada coincidencia el hecho de que con la propuesta del canje de deuda y la reducción de los intereses de la deuda pública ya no pueden ser acusados como antes -con justicia o sin ella- de constituirse en casi los únicos que se benefician en medio de la depresión.
Los empresarios parecen no estar dispuestos a ver cómo la situación sigue empeorando mientras el Gobierno muestra desaciertos de gestión inconcebibles. "Que haya en los círculos empresariales análisis y debate sobre la gobernabilidad no es nuevo, siempre se hace, pero en estricto secreto. La novedad, que muestra la gravedad de la situación, es que estas discusiones se dejen trascender o que se hable de ellas públicamente", dijo un empresario del sector de consumo masivo.
En el Gobierno creen que con la libertad de Menem es más fácil ahora pactar con el PJ y lograr el pacto de gobernabilidad que genere confianza y que permita el marco político para el duro programa que debe aplicarse. Pero un detalle importante es que ese mismo marco es reclamado por el FMI. "Podrán perdonar el exceso de déficit en el cuarto trimestre, pero jamás que no haya un respaldo político clave para hacer todos los ajustes que hay que hacer", dicen en la Casa Rosada.
Responsabilidades indelegables
Entre los empresarios hay más exigencias. "No sólo hace falta un acuerdo político con el PJ; también es necesario que haya una mejora sustancial en la gestión, es decir, resolver internas y estilos del propio Gobierno", dicen.
Ponen como ejemplo la demora en la negociación con Brasil. "Hace un mes y medio que dijeron que en quince días se acordaban salvaguardias para resguardar la producción local. No pasó nada, y la inmovilidad es culpa nuestra", sostienen.
Creen, además, que las diferencias de criterio entre la Cancillería y Economía generan más problemas. "Cada vez que tenemos un planteo hay que hablar con cinco funcionarios y cada uno tiene una opinión completamente distinta. No se puede negociar así con Brasil, que mira para otro lado y deja pasar el tiempo y pone como embajador en Buenos Aires a un tipo duro y habilísimo como José Botafogo Gonçalves", sostienen.
La reforma del Estado es otro tema pendiente. "Se han perdido dos años hablando de ella y casi lo único que se hizo fue pasar el cuchillo de carnicero y ajustar a los que trabajan sin sacar a los ñoquis. Es más, se fue gente que servía y el Estado gastó recursos escasos en despedir a personas que hoy debe reemplazar", agregan.
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