
La estrategia del eufemismo
Por Martin F. Nolan
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SAN FRANCISCO (The Boston Globe)
En la guerra, la primera baja es la verdad, observó en 1758 el ensayista británico Samuel Johson y repitió en 1918 el senador por California Hiram Johnson. En la guerra moderna, el lenguaje en sí se convierte en parte de los "daños colaterales".
George Orwell enunció seis reglas para escribir. Una de ellas es: "Nunca usar una palabra larga cuando puede usarse una corta". En las fuerzas armadas norteamericanas, una tarea no es una tarea, es una EOM ("especialidad ocupacional militar").
Defender lo indefendible
Orwell murió en 1950, después de que el mundo se enteró de la existencia de los campos de concentración nazis. Si viviera, no lo habría sorprendido en absoluto oír a Slobodan Milosevic suavizar un horror parecido mediante el recurso de hablar de genocidio demográfico , locución que significa "el hecho de que los no serbios tengan más hijos que los serbios".
En 1989, Christine Ammer escribió Palabras para pelear , una brillante revista de los términos militares, desde talón de Aquiles hasta hora cero . En un libro reciente, Nunca bastantes palabras , Jeffrey McQuain escribe: "La guerra es probablemente el catalizador más poderoso para la formación de eufemismos". Incidente es una forma evasiva que sirve para abarcar casi todo. Un plan para neutralizar la capacidad del enemigo significa "muerte y caos".
La descripción más clara del efecto de la guerra en el lenguaje se encuentra en un ensayo de Orwell, La política y la lengua inglesa . Escrito en 1946, podría haber sido redactado en los últimos días, basándose en las declaraciones a la prensa de oficiales de la OTAN en Bruselas o en los comunicados jactanciosos de Belgrado.
"En nuestro tiempo, el discurso y la escritura políticos son, en gran parte, la defensa de lo indefendible -escribió Orwell-. Aldeas indefensas son bombardeadas desde el aire, los habitantes son expulsados hacia el campo, el ganado es ametrallado, las chozas son destruidas con balas incendiarias: a esto se lo llama pacificación . A millones de campesinos les roban sus granjas y son enviados a andar por los caminos sin más bienes que los que pueden cargar: a esto se lo llama transferencia de población o rectificación de fronteras . La gente es encarcelada durante años sin juicio, o se le dispara un tiro en la nuca, o se la envía a morir de escorbuto en los campos madereros del çrtico: a esto se lo llama eliminación de elementos no confiables . Tal fraseología es necesaria si uno desea mencionar cosas sin evocar imágenes mentales de ellas."
Palabra y pensamiento
En su tiempo, Orwell criticó tanto a los simpatizantes de los nazis como a los marxistas, no sólo porque eran totalitarios sino también porque su jerigonza estaba arraigada en una forma de pensar sin precisión y por no saber escribir: "Un efecto puede convertirse en una causa, de modo que refuerce la causa original y produzca el mismo efecto en una forma intensificada, y así indefinidamente. Un hombre puede darse a la bebida porque siente que es un fracaso, y luego fracasar todavía más completamente porque bebe. Eso es, más o menos, lo que está ocurriendo al idioma inglés. Se torna feo e inexacto porque nuestros pensamientos son tontos, pero la falta de precisión de nuestro lenguaje hace más fácil que tengamos pensamientos tontos." Orwell había visto la guerra y la agresión. Fue herido durante la Guerra Civil española y sus estudios acerca del totalitarismo inspiraron Rebelión en la granja y 1984 . Medio siglo después de su muerte, el adjetivo orwelliano sigue teniendo vigencia. Orwell se oponía a la hipocresía, a la brutalidad y a las palabras utilizadas para encubrir la hipocresía y la brutalidad.
"El estilo inflado es, en sí, un eufemismo -escribió-. Sobre los hechos cae, como nieve blanda, una masa de palabras latinas, y borra los perfiles y oculta los detalles. El gran enemigo de un lenguaje claro es la insinceridad. Cuando hay una brecha entre los objetivos reales y los declarados, uno se vuelve instintivamente hacia las palabras largas y los giros casi desgastados, como un pulpo que arroja tinta. Todos los asuntos son asuntos políticos, y la política es una masa de mentiras, evasiones, tonterías, odios y esquizofrenia."






