Todo muy normal
"No hacer lugar al pedido de detención de Pablo Moyano, alias Salvaje".
(Del juez Luis Carzoglio.)
Un juez da una conferencia de prensa porque parece que no le alcanza con que hablen sus fallos. Un gremio lo aplaude porque no mete preso a uno de los suyos, acusado de asociación ilícita. El juez -reconocido militante del partido del sospechoso y acusado de liberar detenidos que no estaban a su disposición y de presunta falsedad de documento público- arremete contra el Gobierno y los medios por haber filtrado datos suyos, ¡que ya se conocían! Y el padre del acusado amenaza con un paro general en defensa del nene, cuyo alias es Salvaje, según escribió el propio juez en su sentencia. Todo muy normal. Muy argentino.
Tan autóctono que es de difícil comprensión para el extranjero inadvertido. También para el argento que, cuando cree que lo ha visto todo, tiene que atajarse la mandíbula para que no se le estrelle contra el piso.
Un pariente que se fue una semana de vacaciones a la costa argentina (en realidad, tal como está la cuestión económica, era la única costa a la que podía aspirar) creyó que con apagar el celular, no entrar en internet ni ver los noticieros de TV, iba a detener el tiempo hasta su vuelta del far niente. Error.
El hijo le había guardado los diarios. Arrancó leyendo que elevaron a juicio la cuarta causa contra Cristina (Los Sauces); siguió con que Casación absolvió a Menem por el contrabando de armas a Croacia y Ecuador, 23 años después; Carrascosa fue absuelto por el asesinato de su esposa (ocurrido en 2002), y la Justicia declaró nula la causa de las escuchas por la que fue procesado Macri.
Momentito que hay más: se entregaron Schiavi, Cirigliano y el motorman por la tragedia de Once tras confirmárseles sus penas. Y por el mismo hecho fue condenado De Vido a 5 años y 8 meses de prisión e inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos.
La Justicia también reabrió la causa Skanska (la del nombre de yogur, según Cristina) y citó a Máximo Kirchner a declarar por la de los cuadernos de las coimas, en la que lo complicó Josecito López con el manejo de dinero ilegal en la campaña. Y, como si eso fuera poco, la Dama de la Justicia tuvo que largar las balanzas para correr a separar a Lorenzetti y Rosenkrantz, trenzados en una pelea inédita en la Corte.
Y qué acotar sobre la tarjeta de crédito que el hijo se apuró a pagarle con el dólar a $39,44 (después, cayó a 36). Y el gas subió, pero no. Y Lilita arremetió contra Garavano. ¡Y arrasó Bolsonaro! Ya se sabe, Brasil es impredecible...