Macri, Venezuela, y las dos lecciones de psicología
Lección 1: Daniel Kanheman (84) es un psicólogo estadounidense e israelí que investigó algo que podría interesarle a Macri: ¿De qué manera recordamos las experiencias dolorosas? ¿Cómo guardamos en nuestra memoria una vivencia de sufrimiento? El psicólogo hizo un experimento con personas que estaban siendo sometidas a un estudio médico invasivo sin anestesia. Cada 60 segundos se les iba preguntando a los sujetos por la intensidad del dolor que percibían, pidiéndoles que puntúen del 1 al 10 máximo. Y aquí la conclusión: los que recordaron el estudio invasivo como más traumático, son los que sintieron más dolor en los minutos finales. A la inversa, los que habían puntuado más alto a lo largo de toda la prueba pero en los minutos finales habían registrado menos dolor, recordaban la experiencia como tolerable. Lo que Kanheman descubrió es que, a la hora de hacer una valoración general del sufrimiento, el registro del tramo final del estudio era el que más pesaba. Dicho de otro modo: no importa tanto lo que dure el dolor sino que termine bien. La percepción final es la que pone la etiqueta de "tolerable o intolerable". ¿Por qué? Porque la memoria es imperfecta y sesga.
Los argentinos estamos siendo sometidos, sin anestesia, a otro estudio invasivo: el ajuste. El gobierno apuesta a la teoría de Kanheman: a que el pico de dolor de los aumentos de tarifas de enero y la recesión bajen. Y que el registro de los tres o cuatro meses anteriores a las elecciones modifique la percepción tan displacentera que hoy tiene el votante/paciente.
Lección 2: En Argentina un intelectual de izquierda toma un taxi. El que maneja es un ingeniero venezolano. El chofer le cuenta del sufrimiento de su madre en Caracas, de cómo todos los días sale a cazar y recolectar lo que encuentra en el mercado desabastecido. De un amigo suyo disidente que fue asesinado por un grupo paramilitar en un simulacro de asalto (el Falcon verde es la moto). Y de lo mucho que le agradece a la Argentina aunque todas las noches sueña con regresar. Pero de repente el intelectual decide que es hora de ser escuchado y de explicarle al venezolano lo que pasa en Venezuela. Le habla de la injerencia americana en la región, lamenta lo del amigo asesinado pero repite que, si allí hay violaciones a los DDHH, estas violaciones no son masivas. Y le pide usar con responsabilidad la palabra dictadura.
Cuando su pasajero baja, el ingeniero saca una conclusión: los tres materiales más duros del mundo son 3- el grafeno, que tiene solo un átomo de grosor, es diez veces más fuerte que el acero y más duro que el diamante. 2- el carbino, que es el doble de resistente que los nanotubos de carbono y más sólido que el grafeno. Y 1- la ideología, que es el material que mejor soporta la tensión de todos los que existen en nuestro planeta.
En su posgrado sobre ruedas, el venezolano comprende una verdad dolorosa: a veces no hay trépano que valga. La evidencia no perfora la creencia.