Belleza custodiada
RÍO DE JANEIRO.- La belleza custodiada como postal paradisíaca es algo extraño pero, paradójicamente, cada vez más común. Copacabana, vedette de las playas brasileñas, la "Princesinha do Mar" de los locales, no es la excepción. ¿Quién hubiera dicho que la imagen más pregnante del verano sería la de dos militares enmarcando sus aguas azules? La indiferencia del chico que pasea en bicicleta contrasta con los comentarios bajo una foto publicada por una agencia de turismo, en donde se filtró el texto de una mujer que asegura: "No puedo recomendar visitar una ciudad donde me daba miedo salir de mi departamento". Exageraciones aparte, los nostálgicos claman por las épocas en las que el paseo marítimo funcionaba como el mejor punto de encuentro entre cariocas y turistas; cuando todo aquel que transitaba la Orla de Copacabana solo encontraba fiesta, desparpajo y alegría.