Sí, no es no
De pie frente a un cajero automático, el hombre vacila entre la incredulidad y la ofuscación. Ingresa su tarjeta de débito en la máquina, pulsa el botón de extracción y lee en el display que no puede realizar esa operación. En la pantalla siguiente se le consulta si quiere hacer otra; no, responde. La máquina no le devuelve su tarjeta: a mí nadie me dice que no, señala una leyenda, y vuelve a consultarle si desea seguir operando. no, insiste él. Lee lo que sigue: hacete cargo de lo que empezaste. La escena se extiende, y sucede una y otra vez ante la mirada de desconcierto e incomodidad de los varones, frustrados porque la máquina no hace caso a sus no.
Parece una broma, pero aunque el humor sobrevuela con inteligencia la secuencia, no lo es. Se trata de la campaña del HSBC, entidad bancaria que puso este aviso en circulación para sembrar conciencia entre los hombres de que "no es no". Con genuina convicción o para adecuarse a las demandas de época (y de las nuevas generaciones, más conscientes que las que las precedieron), la publicidad empieza a construir un discurso nuevo y más responsable. En 2018 fue Avon la marca que impulsó un spot que alertaba sobre el acoso y el maltrato masculinos. Habrá que tener ojos y oídos bien abiertos.