En la calle como en la oficina
Masa Crítica se define como una conciencia no organizada. Un grupo de personas de distintas generaciones que se juntan a andar en bicicleta. No necesariamente comparten los mismos objetivos, pero hay uno que es común a todos, pedalear juntos un mismo recorrido hasta el final. Aquí no hay niveles jerárquicos ni se corre para ganar, sino que el foco está puesto en disfrutar del encuentro. Esto mismo empieza a pasar en muchas empresas e instituciones.
La generación Y (menos de 30 años), que nació conectada, convive con la generación X (de 30 y 45 años), que tuvo que migrar a la conectividad y, los baby boomers (más de 50 años), entre los cuales hay todavía muchos que no emigraron a las nuevas tecnologías. Bicicletear en masa es una manera de conectar a las generaciones, que tienen mucho que aprender entre sí. El entusiasmo y el optimismo de los más jóvenes, frente a la experiencia y tenacidad de los mayores y el equilibrio de estar entre dos generaciones, como les pasa a los de 40. En la búsqueda de la meta habrá distintas formas de compromiso.
En la bicicleteada, el eje de esta nueva mirada está en la colaboración. En el movimiento del grupo, que también muestra características colaborativas, ya que los participantes no están compitiendo para ver quién llega primero, sino que se alientan unos a otros, se ayudan, se acompañan, se contienen, se motivan con las capacidades y valores propios y de los de cada una de las generaciones que están en juego, para que todos lleguen al final del recorrido.
Esto que se ve simple es a la vez muy innovador: "No compito con vos, dejame que te ayude a resolverlo. ¿Qué te parece?" Esta mirada nueva empieza a observarse en las organizaciones. Es trabajar en aptitud y actitud abierta y colaborativa de manera intergeneracional para cumplir los objetivos. Puede ser en bicicleta o caminando y puede llevar algún tiempo incorporarlo, pero sucederá, incluso, aunque nos resistamos.