Prematura vejez para jóvenes promesas
El tiempo corre supersónicamente. Los productos no duran casi nada. La obsolescencia llega cada vez más rápido. Los electrónicos marcan tendencia. Pero no son los únicos que lo padecen. Los atractivos de los políticos cada vez duran menos.
Las estrellas de todo el espectro ideológico, que despuntaron en el firmamento internacional en el siglo XXI, pierden brillo a la velocidad de la luz. Desde el neopopulista español Pablo Iglesias hasta el glamoroso francés Emmanuel Macron, las figuras rutilantes que venían a cambiar la política se van desvaneciendo.
Ahora, la realidad acaba de rayarle seriamente el auto al número uno de la nueva generación política mundial. La imagen del joven maravilla canadiense Justin Trudeau se derrumba estrepitosamente.
Dicen que desde el sur del sur, su amigo Mauricio Macri mira con tanta inquietud las encuestas locales como la prematura vejez de sus coetáneos. Esos que, en un suspiro, pasaron de ser aquellas jóvenes promesas a estas arrugadas realidades. No sería obsoleto ni ocioso.