Pelo libre
Sheffield, Gran Bretaña.- "No ando despeinada, sino que mis cabellos tienen libertad de expresión". La siempre vigente Mafalda (en rigor, su creador, Quino) condensaba en esa frase no pocas inquietudes que agitaban el mundo en los años 60. En un sentido similar, el músico norteamericano David Crosby hablaba de "dejar volar su rara bandera" en una canción en la que relataba por qué había decidido no cortarse el pelo. A través de modas, mandatos sociales, gustos musicales y hasta creencias religiosas, la forma de llevar el pelo era una seña de identidad y un modo de expresarse a favor o en contra de esas tendencias, en especial entre los jóvenes. Dejarlo crecer sin límite era un intento de simbolizar la búsqueda de libertad de las nuevas generaciones. Hoy, tener el pelo largo ya no es sinónimo de juventud, y ni siquiera es un símbolo de rebeldía. Es apenas una marca de individualidad de alguna estrella de fútbol, como en esta imagen.
Edición a cargo de Dante Cosenza