Putin y el huevo de la serpiente
Vladimir Putin invade Ucrania luego de dos meses de asegurar " nunca vamos a invadir; es un invento de Estados Unidos y la OTAN” y sostener que los 120.000 hombres “en maniobras” junto a Belarús estaban “entrenando para la defensa de ambos países”. Inventó 2 republiquetas (Lugansk y Donetsk), y dijo que estaban siendo atacadas por el gobierno de Kiev, desatando una catástrofe humanitaria que ha obligado a 800.000 mujeres y 500.000 niños a huir hacia Polonia. Mujeres violadas por los ocupantes, hospitales bombardeados. Nada parece importarle al genocida que masacró a centenares de miles de chechenos y ya impuso gobiernos títeres en diversos países del ex imperio sovietico.
Mi análisis, ante una pregunta del periodista Jonatan Viale,” para frenar a Putin hay que matarlo” ha sido insólitamente considerado un agravio y hasta una incitación al magnicidio por un sector de la dirigencia y militancia presuntamente progresista. Como si analizar las relaciones de poder en la potencia invasora, fuera una propuesta de acción para los oligarcas y los siloviki que, junto con Putin, se robaron las riquezas del pueblo ruso y ahora están preocupados porque las sanciones económicas afectan sus abultados patrimonios. Ante la defensa que surge de la izquierda argentina, se puede imaginar la siniestra e irónica sonrisa del criminal, agresor del pueblo ucraniano, cuyo mejor amigo en Europa es el neonazi Viktor Orban. El presidente de Hungría es el único vecino de Ucrania que no ha dejado pasar la ayuda proveniente de la Unión Europea (UE). El candidato presidencial de la ultraderecha francesa, Eric Zemmour dijo: Putin es un ejemplo. No se deja intimidar por los lobbys feministas y gays y ataca al islamismo”. Como ocurriera en 1938 y 1939, con Adolfo Hitler‚ algunos son cómplices y la mayoría tiene miedo. Temen, con razón, la locura homicida de un genocida, encerrado en su megalomanía. Sueñan con un acuerdo diplomático donde terceros países, Israel,Turquía o China (sobre todo esta última) logren hacer entrar en razón a Putin. Aplauden de pie los discursos de Volodimir Zelensky, este Macabeo del siglo XXI, pero la ayuda que le dan es para que pelee hasta el último ucraniano. Hitler les dijo a Francia y Gran Bretaña, en 1939: ”Entreguenme los Sudetes que quieren ser alemanes y toda expansión se detendrá allí'’.
"Finalmente se quedará con Ucrania y todas sus riquezas. ¿Por qué pensar que se detendrá allí? La historia demuestra que los autócratas no tienen límites"
Meses después invadió toda Checoslovaquia, luego Polonia y toda Europa continental. Putin, en 2014, invadió la península de Crimea y el este de Ucrania, porque eran regiones prorrusas. Ahora está arrasando la totalidad del país, matando hombres, mujeres y niños, bombardeando los mismos corredores humanitarios que sus negociadores propusieron. Le aplican sanciones económicas, financieras y comerciales que hasta el momento a quienes más perjudican es a los europeos. Al bombardear una planta nuclear, ha demostrado una vez más que no le importa su propio pueblo.
Si un reactor hubiera entrado en pérdida, los primeros en recibir la radiación hubieran sido los soldados rusos. Finalmente se quedará con Ucrania y todas sus riquezas. ¿Por qué pensar que se detendrá allí? La historia demuestra que los autócratas no tienen límites. En la película El huevo de la serpiente, el genial Ingmar Bergman hace decir a un personaje: ”Cualquiera puede ver el futuro, es como un huevo de serpiente. A través de la fina membrana se puede distinguir un reptil ya formado”. El mundo debiera recordar a Bertolt Brecht: “Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judíoo, no me importó. Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó. Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era... Ahora vienen por mi, pero ya es demasiado tarde”. Hoy podríamos, parafrasearlo y decir ”primero juzgo a los georgianos,pero yo no era georgiano y no me importó, luego masacraron a los chechenos, pero como yo no era checheno,no me importó. Luego invadieron Ucrania, pero como yo no era ucraniano no me importó. Ahora vienen por mí, pero ya es demasiado tarde”.
Ex ministro de Relaciones de Exteriores y vicepresidente de la Argentina