Reseñas: Nueve formas de caer, de Manuel Soriano
"Koch estaba soñando con arañas cuando el bebé empezó a llorar desde su catre", comienza el primer relato de Nueve formas de caer, de Manuel Soriano (Buenos Aires, 1977). El autor –que reside en Uruguay desde 2005– retoma el indefinible personaje de un libro previo: Variaciones de Koch (2012).
Koch protagoniza tres cuentos. En uno es un padre primerizo que queda a cargo de su bebé, mientras la mujer va a tomar sol a la playa. En otro, es un púber que toma clases de tenis en un club y forma parte de un grupo de aspirantes a ninja. En su tercera aparición, Koch corre por la rambla de Punta del Este y piensa en su futuro hijo. Aunque no se explicite, también pueden encontrarse rasgos de este personaje en algunos de los otros relatos.
Los nueve cuentos no llevan títulos, son una mera enumeración de episodios. Historias diversas que tratan las tensiones familiares, las preguntas sobre sí y la paternidad (y sus peripecias o dificultades). El lenguaje llano permite el humor. Al mismo tiempo, con sus permanentes referencias a las pantallas digitales, Twitter y Google, los relatos tienen un clima muy actual. Los escenarios van desde un balneario poco poblado (muchos ocurren en Uruguay) hasta un viaje en auto por la Patagonia. Las vacaciones son el momento perfecto para estos pensamientos random: por eso puede retratarse una estadía en la playa, un camping, un viaje en micro, una escapada al mar y un hostel.