Seis puntos que no deben faltar en la agenda militar
Mayor presupuesto, incrementar el papel de las FF.AA. en emergencias sociales y el desarrollo de la ciencia y la tecnología, temas clave
El inicio de un nuevo gobierno es una buena oportunidad para retomar la agenda de cuestiones centrales del área de defensa, la que ha estado un tanto relegada por las urgencias de la coyuntura política y económica.
Frente al inicio de la administración Kirchner, la agenda que debe asumir en el área de defensa comienza por el efectivo cumplimiento de la ley de reestructuración militar. Se trata de una norma sancionada por el Congreso en forma unánime por ambas cámaras en 1998. Esta ley determinaba todos los pasos y procedimientos para reestructurar y modernizar las Fuerzas Armadas. Incluía también una previsión para incrementar el presupuesto militar en un 3% anual, destinado al reequipamiento militar. En dinero de hoy se trata de una cifra algo superior a los 100 millones de pesos al año. A cinco años de la sanción de esta norma, ha sido incumplida en forma sistemática por los sucesivos gobiernos. Se trata de una norma que si bien no resuelve todos los problemas, sí implica el inicio de un proceso en esta dirección, en razón de que crea un horizonte creíble que permite planificar a mediano plazo sobre bases firmes y ciertas.
Hacia un punto final
Dar por concluida la cuestión de la constitucionalidad o inconstitucionalidad de las leyes de obediencia debida y punto final es otro punto prioritario. Fallos de primera y segunda instancia recientes declararon inconstitucionales estas normas. La reapertura de las causas cerradas por estas leyes en los años ochenta es una preocupación de las Fuerzas Armadas, que desde entonces han realizado significativos esfuerzos para profesionalizarse, subordinarse efectivamente a la democracia y ser al comenzar el siglo XXI, las más subordinadas al poder civil en América latina.
La tercera cuestión de la agenda del área de defensa es mantener, continuar y desarrollar el rol de las Fuerzas Armadas en el campo internacional. Como instrumento de la política exterior han tenido y tienen un rol importante en las fuerzas multinacionales de paz los ejercicios conjuntos y combinados con fuerzas armadas de países de la OTAN y con los de América del Sur. En los últimos tiempos, se ha registrado cierto retroceso en esta política, en algunos casos por razones presupuestarias y en otras por razones políticas, como sucedió este año cuando fue suspendido un ejercicio aéreo multinacional que iba a realizarse en territorio argentino, organizado y financiado por la fuerza aérea de los Estados Unidos y con la participación de Brasil y otros países del Cono Sur.
Un cuarto punto de esta agenda, es reorganizar y potenciar la participación de las Fuerzas Armadas en las emergencias sociales y climáticas. La privatización de los servicios públicos y la reducción del Estado hace que éstas sean la única estructura de medios y hombres que tiene desplegado el Estado nacional en todo el territorio. Por esta razón, cuando se enfrentan emergencias de este tipo -como las inundaciones en Santa Fe o el caso del hambre y la desnutrición en Tucumán- la participación de los medios, personal e instalaciones del sistema de defensa resultan fundamentales. Para coordinar con mayor eficacia este rol es conveniente que la Dirección de Defensa Civil vuelva al área de Defensa.
Una quinta cuestión es la reorganización de las capacidades de las Fuerzas Armadas en el área de la producción para la defensa y el desarrollo de la ciencia y tecnología. En los años noventa, estas áreas perdieron importancia en el contexto de una política que dio prioridad a la privatización del Estado. Pero en el nuevo contexto, el área de Fabricaciones Militares, que hoy está en el Ministerio de Economía en razón de que se iba a privatizar, tiene sentido que vuelva al área de defensa, dado que permanecerá en la órbita estatal y el cambio de condiciones económicas le da una perspectiva diferente con posibilidad de producir para el mercado interno y regional.
Por último, una cuestión central que se ha venido postergando es la estructuración de las reservas, que se han tornado inexistentes desde la sustitución del servicio militar obligatorio por la tropa voluntaria. En el sistema anterior, los ex conscriptos formaban las reservas por movilizar, pero ahora ha quedado un vacío que es urgente llenar, dado que Fuerzas Armadas profesionales pequeñas tienen sentido si poseen la capacidad de movilizar en un corto lapso reservas disponibles.
En conclusión, se trata de resolver cuestiones pendientes, dando a las Fuerzas Armadas el papel que como institución del Estado deben tener.
El autor es director del Centro de Estudios Nueva Mayoría.
El ministro
Del riñón duhaldista
José Pampuro, médico cirujano de 53 años, es un hombre vinculado al entorno de Duhalde desde la creación de la Liga Federal Bonaerense. Ejerce la función pública desde 1983. Fue secretario de Salud de Lanús, ministro de Salud y Acción Social de la provincia de Buenos Aires y diputado nacional.
En la Casa Rosada
Médico personal de Duhalde desde 1993, llegó a la Casa Rosada como coordinador general de la Unidad Presidente y en octubre último había sido designado secretario general de la presidencia.