
Turquía, el país que exporta su economía en auge y sus contradicciones
Con inversiones en infraestructura, turismo y lazos culturales, el país busca hacer pie en América latina, mientras dentro de sus fronteras la apertura social choca con la intolerancia del gobierno
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ESTAMBUL.- El legendario espíritu expansionista del Imperio Otomano se apodera en estos días de Turquía. El auge económico que atraviesa la sociedad turca -que en los últimos diez años redujo la inflación y el desempleo, se transformó en uno de los principales exportadores de Medio Oriente a la Unión Europea y Estados Unidos y se ubicó entre los 20 países más importantes del mundo del comercio- se tradujo en la necesidad de traspasar las fronteras y abrirse camino en otros mercados. Y América latina es ahora una de las metas perseguidas para concretar ese objetivo.
En las calles de Estambul o de Ankara conviven los rasgos de una sociedad occidental moderna que está en plena bonanza económica, con símbolos propios de la cultura musulmana y el conservadurismo religioso. Éstos son los mensajes que los turcos buscan exportar hoy hacia América latina, como ya empezaron a hacerlo en los últimos años en Europa, Asia y África.
En este proyecto expansionista, Turquía se vende al mundo como un país democrático y moderno, más cercano a Europa que a Medio Oriente. Pero el mensaje esconde ciertas contradicciones: las de un país en el que la tolerancia del gobierno con la oposición es al menos frágil y donde el ejercicio de una prensa libre se constituyó en un verdadero reto. Las protestas y la fuerte represión que se vivieron en los últimos meses en las calles de Estambul mostraron claramente ese clima.
Mientras tanto, el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, supera las críticas de autoritarismo y avanza: esta semana fue designado candidato del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista moderado) a las elecciones presidenciales del próximo 10 de agosto, que, a juzgar por la poderosa maquinaria electoral de su partido, podría ganar sin mayores sobresaltos.
No son los únicos desafíos que enfrentan los turcos, que buscan una aceptación del mundo. En el proyecto de avance sobre América latina, Turquía deberá lidiar con dos competidores severos: China y Rusia, que ya hicieron pie con fuertes inversiones en la región.
Ali Kaya Savut es secretario de Estado para América latina del Ministerio de Relaciones Exteriores y uno de los funcionarios del gobierno turco que expresan con mayor énfasis la estrategia global de su país: "Queremos expandirnos y abrir nuestra cultura en todos los continentes y estamos muy interesados en avanzar en América latina", dice en tono diplomático. Hace dos años había cinco embajadas de Turquía en América latina y hoy existen 12, con proyecciones de abrir nuevas sedes diplomáticas en la región.
¿Cuáles son los objetivos proyectados por Turquía para la región? Savut ofrece un amplio abanico de respuestas: Turquía promueve desde inversiones públicas y privadas en el área de la obra pública hasta el otorgamiento de créditos para la exportación del comercio, proyectos energéticos, equipamiento militar y el desarrollo de productos alimenticios, entre otras cosas.
También hay un fuerte interés por fomentar el turismo a su país desde América latina. La masa de turistas que llega a Estambul u otras ciudades turcas creció significativamente: mientras que en 1980 llegaban 1,2 millones de turistas por año al país, el año pasado se contabilizaron 34,9 millones. "Estamos abriendo oficinas de turismo en todo el mundo y queremos que América latina sea parte de nuestro mercado", expresa a la nacion el secretario de Turismo de Turquía, Irfan Onal.
Una muestra de esta expansión del mercado turístico la ofrece la empresa de aviación estatal y privada Turkish Airlines. "Entre 2004 y 2014 creció un 33% el flujo de nuestros pasajeros y queremos potenciar esto en América latina", destaca, PowerPoint mediante, el presidente de Turkish Airlines, Temel Kotil. La empresa aérea turca hoy llega a seis destinos de América latina con vuelos directos y para el año que viene quieren agregar tres rutas más con vuelos desde Estambul hasta Bogotá, Caracas y México.
De la educación a la seguridad
No sólo los vuelos de Turkish Airlines llegan a América latina. También los fondos de inversión y créditos. Los proyectos de cooperación de Turquía con América latina crecieron en los últimos años. La Agencia de Cooperación de Turquía ya cuenta con 650 proyectos de cooperación en México, la Argentina, Chile, Guatemala y la República Dominicana. Se trata de planes de educación, asistencia sanitaria, equipamientos para la agricultura y la energía solar financiados directamente por Turquía.
Desde el plano militar, la compañía estatal y privada de industria militar Aselsan produce para todo el mundo radares, sistemas de comunicación para la defensa y sistemas de comunicación satelital en la fronteras. Cengiz Ergeneman es director de la industria Aselsan y asegura que ya vendieron sistemas de seguridad para los espacios de frontera de Brasil y Uruguay. Estos equipamientos son de última tecnología y se exportan a 47 países en todo el mundo con una facturación de 1500 millones de dólares anuales. La expansión de esta empresa en América latina no se detiene en Uruguay y Brasil. Ergeneman adelanta que está en conversaciones con los gobiernos y las fuerzas armadas de Chile, Colombia y Perú para enviar equipamientos en los próximos años.
En línea con este proyecto expansionista hacia América latina también creció el interés de los turcos por el español. Durante los últimos cinco años en Ankara y Estambul se potenciaron los centros de estudios del idioma. En las universidades de Turquía el español es la segunda lengua más estudiada después del inglés. El director del Centro de Estudios Latinoamericanos de Ankara, Mehmet Kutlu, ya puso en práctica el avance turco en América latina. Desde su espacio cultural fomenta proyectos de estudio en Cuba, Colombia, Perú, Chile y México. "Este centro fue creado en 2009 con la firme intención de apoyar la difusión de la cultura turca en América latina", asegura este profesor que se formó en Chile en su juventud. Entre las tareas de este proyecto de avanzada turca sobre América latina figuran los intercambios de estudiantes, los cursos de diversos temas culturales y el asesoramiento sobre América latina al gobierno o al sector privado de Turquía.
Una parte de la exportación de la cultura turca en América latina estará a cargo de los medios de comunicación. Ibraim Sahin es director de la Corporación Turca de Radio y Televisión (TRT) y está convencido de que hay un fuerte interés en América latina por las telenovelas turcas. Hacia ese nicho apunta su labor en coordinación con productores latinoamericanos. Esta estrategia de TRT se desarrolló en África, Asia y los países árabes desde la gigante empresa de radio y televisión que emplea a unas 7500 personas y tiene 18 cadenas de TV en Turquía.
Contraluces de la expansión
¿Cómo se explica el auge económico de Turquía, que la pone en competencia con Rusia? "Hemos invertido mucho en educación y desarrollo industrial durante muchos años", responde Guven Sak, el vicerrector de la Universidad de Tobb. El secreto del repunte económico encuentra un justificativo en la esencia del motor de la economía turca actual: la industria automotriz, las manufacturas y las exportaciones de electrónicos, entre otros rubros.
"Estamos entre los países más desarrollados en el mundo y queremos expandir nuestros negocios por América latina como ya lo hemos hecho en los mercados de Europa, Medio Oriente y Estados Unidos", dice Dursun Topuc, el vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Estambul.
De hecho, el gobierno de Turquía asegura que cumple desde hace tiempo con los requisitos exigidos por la Unión Europea para ingresar como miembro pleno en ese bloque. Pero en el Parlamento Europeo hay una fuerte resistencia a sumar a Turquía como parte de la UE.
Sin embargo, este auge económico encuentra ciertas contradicciones en las calles de Ankara o Estambul. Allí conviven el avance económico y una tibia liberalización de la mujer con la ortodoxia islámica y un gobierno que para algunos analistas extranjeros resulta ser demasiado rígido y poco receptivo a la crítica. Esto se reflejó el año pasado con la dura represión que sufrieron estudiantes y opositores al gobierno de Erdogan en la plaza Taksim de Estambul.
A diferencia de otros países de Medio Oriente, la sociedad turca está más occidentalizada y mira más a Europa que a Asia. Esta tendencia choca con un gobierno muy conservador y que en los últimos años promovió el avance del islamismo a lo largo de todas las ciudades. Esto despertó cierto malestar en los sectores sociales más liberales de Turquía.
"No pienso que el islamismo esté amenazando Turquía. El islam forma parte de nuestra historia, pero éste es el único país secular y más democrático de Medio Oriente", se defiende el profesor Kutlu. Para evitar cualquier interpretación a sus dichos se ataja: "Lo más importante es que la democracia nos protege".
La palabra democracia está vinculada aquí con una suerte de carta de presentación que buscan los empresarios y funcionarios turcos para mostrar al mundo. Aunque esos supuestos signos democráticos a veces no se condicen con los hechos. Aún hay fuertes restricciones a algunos partidos de la oposición, a la minoría kurda y a los periodistas críticos.
La relación entre la prensa y Erdogan no ha sido fácil en los últimos tiempos. De hecho, Twitter y YouTube estuvieron bloqueados en Turquía en marzo pasado. Y la policía también hizo lo suyo con una fuerte represión desplegada el año pasado en las calles de Estambul. Cualquier indicio de una "primavera turca" se abortó de plano.
Nermin Yurteri es la directora ejecutiva de la NTV, que tiene sus estudios centrales en Estambul y transmite para todo el país. Esta joven periodista no anda con vueltas cuando analiza la decisión de Erdogan de bloquear Twitter: "Creo que no fue una decisión correcta", dice.
No parece tener la misma apreciación el director de TRT. Sahin expresa que "en la relación de la prensa y el gobierno hay una injerencia del Estado como en cualquier país y en el caso de Twitter ocurrió que esa empresa no se ajustó a las reglas de comportamiento que rigen en esta nación".
Quizás éstos sean los mayores retos de Turquía en su sueño expansionista: traspasar las fronteras hacia otros mercados, ajustarse a las reglas del mundo y no sufrir contradicciones a mitad del camino.






