Valores olímpicos que transforman la educación
Ayer finalizaron los Juegos Olímpicos de París 2024. La atención mundial se centró en el esplendor del deporte. Más allá del espectáculo y la competencia, este evento ofrece una oportunidad invaluable para reflexionar sobre los valores universales que comparten el deporte con la educación, y cómo estos impactan en nuestro desarrollo personal y colectivo.
Aunque a menudo sean considerados campos distintos, están profundamente conectados por valores esenciales como la superación. Valores que no solo impulsan a los atletas en sus entrenamientos y competiciones, sino que también fundamentan la formación de los individuos en el ámbito educativo. Los deportistas olímpicos son el reflejo de una vida dedicada a la perseverancia y a la evolución constante. Cada salto, cada carrera, y cada medalla son el resultado de años de trabajo arduo y compromiso, donde el esfuerzo es el insumo excluyente para el éxito.
La educación universitaria debe estar centrada en generar oportunidades para que la perseverancia y el esfuerzo sean fundamentales en una formación de excelencia. Al igual que un atleta afronta grandes desafíos en su camino hacia el podio, los alumnos enfrentan desafíos de índole personal de autosuperación que les exige una dedicación y un compromiso constantes. El mérito, en el contexto de la educación, se manifiesta en la manera en que premiamos el esfuerzo y el talento, brindando oportunidades a quienes, con determinación, demuestran su capacidad. Por ello, la educación universitaria requiere del compromiso y apoyo de la sociedad toda.
Los Juegos Olímpicos son, a su vez, una gran vidriera donde los atletas de todo el mundo forjan conexiones con sus pares en la competencia. El contrincante no es un enemigo, es quien me va a permitir superarme a mí mismo, y desde este lugar los atletas están relacionados. Esto, llevado al plano de la educación, también lo vemos como un pilar central, cuando ponemos al alumno en el centro de su formación y lo invitamos a tener iniciativa, explorar y relacionarse para aprender. Esto es fundamental para que los profesionales del mañana puedan integrarse al contexto global, intercambiando ideas y experiencias que enriquecen su formación.
El deporte y la educación, en su esencia, buscan la superación continua. Eventos internacionales como este, representan no solo el logro de atletas excepcionales, sino también una celebración de la capacidad humana para superar barreras. De forma paralela, la educación universitaria debe proporcionar a nuestros estudiantes herramientas necesarias para convertirse en líderes y emprendedores que buscan contribuir al desarrollo de la sociedad y la región.
La educación es un proceso transformador que requiere tiempo, motivación y apoyo. Al igual que un atleta debe mantenerse enfocado y motivado a lo largo de su carrera, los estudiantes necesitan tiempo para formarse, estar motivados para superarse y mucho apoyo para superar sus desafíos intelectuales.
Es innegable que los valores del deporte y la educación comparten pilares fundamentales para el desarrollo personal y social de las personas. En el marco de los Juegos Olímpicos de París 2024, celebramos estos valores que nos inspiran a todos a buscar la excelencia y a superar nuestras propias limitaciones.
Rector del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA)