
Jorge D'Elía. "Las giras se pueden volver una tortura"
Algo para declarar
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-¿El viaje iniciático?
-Mi primer viaje fue en 1962. Barcelona, Madrid, Francia, Hamburgo y sus intermedios, con Carlitos Moreno (actor recientemente fallecido). Estuvimos un año en Europa y la experiencia fue extremadamente positiva.
-¿Un destino soñado, que te gustaría conocer alguna vez?
-Una materia pendiente que estuve a punto de concretar, pero se frustró por razones personales: Florencia, Venecia y Roma.
-¿La gira más larga que hayas realizado?
-Creo que fue con la obra Los lobos, junto a Darío Grandinetti, Jorge Marrale, Hugo Arana y Juan Leyrado, durante 1995 y 1996. Fui invitado por el grupo Errare Humanum Est. Luego de muchísimas experiencias, sólo me sumo a las gira dentro del marco de un elenco armónico. De no ser así, las giras se pueden volver una tortura y estás rogando que finalice tu contrato.
-¿Tu escapada favorita para un fin de semana?
-Hasta hace muy poco tiempo mi escapada favorita era ir a Rosario con Facundo, mi hijo menor, de 14 años. Había un motivo esencial: visitar a la tía Bibi, invitarla a comer, pasear con ella y esas cosas. Pero ella falleció y quedamos desorientados.
-¿Alguna vez te valiste de tus dotes de actor para salir de una situación apremiante durante un viaje?
-Concretamente durante mi estada en Madrid trabajé de extra de cine en las superproducciones yanquis que eran furor en ese momento: La caída del Imperio Romano, con Charlton Heston, Ava Gardner, David Niven y otros. También trabajé en Sheherezade (Jean-Luc Godard), con Anna Karina. Fui extra de El carnaval del diablo, la obra teatral de Ponferrada que estaba de gira por España, y luego, con otros argentinos formamos Los 4 Colores, un conjunto vocal que llegó a estar segundo en el ranking español (primero estaba El Dúo Dinámico). Allí fue que conocimos al cantante de tangos Carlos Acuña, que a su vez nos presentó a Pepe Iglesias El Zorro, que tenía un programa similar al de Marcelo Tinelli. Se llamaba Gran parada, y nos hizo muy conocidos, hasta el punto de que se cortaba La Gran Vía madrileña para que firmáramos autógrafos.
-¿Tres características que debe reunir un buen compañero de viaje?
-Ser respetuoso, tener códigos y ser limpio y ordenado.
-¿Tres buenos pasatiempos para disfrutar un día de playa?
-Voley, natación y barcitos.
-¿Qué es lo primero que te gusta hacer apenas llegás a un lugar desconocido?
-El primer día que llegué a Madrid crucé la calle caminando y un policía me multó. Le pregunté por qué lo hacía y me dijo que había cruzado con luz roja. Le dije que era turista y no conocía las reglas y me respondió: Lo primero que se hace cuando se visita a un vecino es conocer sus costumbres. Eso es lo que me gusta hacer: conocer las reglas básicas del lugar.
-Si pudiera visitar a un actor o actriz de todas las épocas, ¿a quién irías a ver y qué le dirías?
-Esa pregunta me la hice hace mucho tiempo y mi respuesta sigue siendo la misma: encontrarme con Barbra Streisand, sencillamente para no decirle absolutamente nada. Tal vez abrazarla y llorar. Sólo eso.
-¿Un día de vacaciones perfecto?
-Despertarme en París, más precisamente en el barrio de Les Halles, rodeado de Federico, Demian, Diego y Facundo (mis hijos), e ir caminando hasta la Place Saint-Germain des Prés, meterme con ellos a Les Deux Magots y tomarme un buen café con medialunas. A la noche me gustaría pasarla en Nueva York viendo por sexta vez El fantasma de la Ópera, abrazado a mi hijo Hernán, como supimos hacerlo en algún momento. Ahora él sigue estando..., pero ya se fue.
Para Más datos. Estos días actúa en Sacco y Vanzetti, en el teatro Cervantes. También escribe Historias imaginadas que merecerían haber sucedido, cuentos breves para bares notables de Buenos Aires, como La Biela, El Tortoni y El Federal y Las Violetas, entre otros.






