
Nico: el chico que nunca entendí
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El primer día que me senté en uno de los bancos de la facultad lo vi. Era un morocho, alto y muy flaco. Mis amigas lo apodaron "la percha" y algo de eso tenía. No me llamó demasiado la atención hasta que le tocó dar una clase frente a todo el mundo: la tenía clarísima. Con 19 años el pibe tenía una empresa con el hermano y les iba bárbaro, andaba en traje y tenía su propio auto.
Era como la historia de Beti la fea, yo con aparatos, alergia en toda la cara y mi típica torpeza y él absolutamente pulcro, educado y fachero. Desde ese día no paré de mirarlo, y creo que él se dio cuenta de mi acoso visual. Hablaba con todo el mundo, menos con él. Nico me anulaba. Hasta que una mañana pasó algo gracioso y patético que me relajó: estaba comiendo una medialuna y charlando con mis amigas cuando lo vi venir y resignada me metí toda la factura en la boca, como diciendo "este pibe no me registra". Ahí en ese instante él se dio vuelta y vino a saludarme con un beso -cosa que nunca hacía- y yo ¡con toda la medialuna en la boca! terminó chocando su cachete con mi bolo alimenticio.
Me quería morir. Todo con Nico era así. Papelón, tras papelón, tras papelón. Pasaron un par de años y nunca se modificaban las cosas. Yo lo miraba y todos se daban cuenta de que moría por él. No tenía chances. Un evento desafortunado nos unió: una compañera de la facultad con la que estaba haciendo un grupo tuvo un intento de suicidio y nos tuvimos que reagrupar para armar uno de los proyectos de la materia. Ella dejó la carrera.
Olivia, o sea yo, de "casualidad" quedé con Nico en el mismo equipo. Teníamos tanto en común: la música que escuchábamos, los libros, el amor a los sobrinos, y miles de etcéteras... Me quedaba horas hablando con él y de a poco fui perdiendo esa sensación de "soy lo menos" y empecé a hablarle a la par. Volvía a casa y me charlaba por MSN. Era muy raro, porque personalmente un poco me evadía pero por chat era diferente. Estaba pendiente de mis nicks, de cuando no me conectaba y esas cosas.
Me decía que yo era especial, que era sensible, que él me conocía. Yo, como una tarada, me comí toda la novela. ¿Nico, el empresario trajeado se estaría enamorando de mí? Al principio todo parecía indicar que sí. Los chats se hacían día a día más intensos. Pasó un tiempo y nos hicimos más cercanos. Yo sentía que finalmente se me iba a dar.
Armamos unas fiestas con las chicas de la facu. El venía pero en medio de la noche desaparecía. No le gustaban esos eventos y yo trataba de retenerlo, me hablaba a dos centímetros de mi boca y después partía. Nadie entendía nada, era todo muy ridículo. Una vez nos juntamos antes a comer con Nico y su mejor amigo Bruno. Los dos eran medio freaks y se decían distintos al resto de nuestros compañeros. Todo era muy sectario. Ellos se admiraban mutuamente y se tiraban flores constantemente. Había algo raro en esa relación...
Después, fuimos al bar y se repitió la escena de siempre: los dos muy juntos charlando y en medio de la noche la desaparición... Me puse muy triste cuando lo vi irse, estaba cansada de ese juego. En medio de todo mi caos emocional me encontré con Bruno y me preguntó qué me pasaba... y yo, pendeja como era, lo miré y le dije: "Nada las chicas me están jodiendo con Nico" y él contestó: "¿A vos te gusta Nico?". A lo que repliqué: "¿Vos qué pensás?". "Que sería una estupidez", me cortó en seco.
Lo miré, busqué a mi prima y le dije que nos fuéramos. Lloré toda la noche y toda la mañana siguiente. La voz de Bruno para mí en ese momento era la voz de Nico y había matado todas mis esperanzas. Al otro día Nico me llamó para preguntarme por un buzo y yo le hablé parca...
A partir de ahí intenté alejarme pero él seguía con el mismo mecanismo. No sé si alguna vez le pasó algo conmigo, supongo que no. Después de esa noche me puse en el rol amiga y él siguió jugando a ser mi galán: me pasaba a buscar, me dejaba en la puerta de mi casa y me hablaba por la ventana de su auto, ¡no se podía ir!, estábamos como conectados. Me invitaba a recitales... Pero jamás pasó más que eso. En la fiesta de egresados me coqueteó toda la noche y yo terminé besando a mi mejor amigo, que después me rebotó. Sí, tengo una vida triste, a veces.
Cada tanto lo veo a Nico. Hoy es un tipo muy exitoso, sigue de traje dirigiendo no sé qué ente. Nunca estuvo de novio en estos más de diez años y a veces me da la sensación de que en realidad, es una persona asexual o en su defecto, que es homosexual pero todavía no lo descubrió.



