Andrés Ibarra aparece con un poder renovado en la nueva estructura del gabinete
Busca modificar la tarea de seguimiento; acuerdo para la convivencia de nuevos y viejos ministros
En el nuevo mapa del poder del gobierno de Mauricio Macri, emerge con renovada fortaleza Andrés Ibarra, el vicejefe de Gabinete, que para muchos será un nuevo poder en las sombras. Se encargará del seguimiento de los diez ministerios, aunque con una dinámica menos intervencionista que la de sus antecesores Gustavo Lopetegui y Mario Quintana.
Los diez ministros tendrán a partir de ahora mayor caudal político propio y no serán meros "secretarios" de la mesa de coordinación. Se les asignarán más responsabilidades y la facultad de ser "voceros" de todo el Gobierno, no solo de sus áreas. Al menos así lo enunció Macri. Está por verse si se cumplirá.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, resistió embestidas internas y externas para que diera un paso al costado. Macri dijo en la intimidad: "Si lo entrego a Marcos, mañana vienen por mí". Eso le ratificó el poder propio a Peña: seguirá siendo el gran vocero oficial, pero derivará la gestión diaria en Ibarra, un macrista puro, de perfil bajo y sin aspiraciones políticas.
Incondicional de Macri, Ibarra ocupará la semana próxima el despacho de Quintana en el primer piso de la Casa Rosada, pero mantendrá la oficina del viejo Ministerio de Modernización, ahora convertido en secretaría de gobierno.
"Será un gabinete clásico, simplificado, en el que no costará coordinar todo entre 19 ministros", dicen en la Casa Rosada. Macri y Peña se resistían a esa reducción, siempre fogoneada por el ala política del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. La urgencia de la crisis y la necesidad de sostener a Peña convencieron al Presidente de ajustar.
Con los meses, Ibarra se convertirá en imprescindible en el seguimiento del presupuesto y objetivos de los diez ministros. Macri se convertirá, progresivamente, en candidato para su reelección en 2019 y Marcos Peña, en el jefe de campaña y de la comunicación oficial. Y no se descarta que sea candidato a senador o diputado por la ciudad.
Pero Ibarra evitará el intervencionismo de Quintana, con quien todos los ministros vivían en tensión. Lopetegui seguirá como asesor del Presidente en ocho programas claves de diversos ministerios.
Quintana tenía aspiraciones políticas. Ibarra no, cultiva el perfil bajo, gerencial, y acompañó a Macri en Socma, Correo Argentino y Boca Juniors. Macri puso a un hombre propio, al margen de Peña, en la Jefatura de Gabinete.
Otro dato es que los ministros que fueron degradados no lo fueron del todo. No serán secretarios de Estado, sino que se creó la figura intermedia de secretarios de gobierno.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, absorbió al de Energía, Javier Iguacel, pero en la práctica no cambiará mucho. "Dujovne ya era el coordinador" del gabinete económico y la baja de subsidios estaba monitoreada por Hacienda. "Coordinarán todo como siempre, queda todo igual", dicen cerca de Iguacel.
Solo cambia en todos los casos la firma de resoluciones y decretos. Pasará por los ministros, y los secretarios deben reportar a ellos. Esto no le gustó a Adolfo Rubinstein, exministro y actual secretario de Salud, que quedó subordinado a la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley. Por eso no se descarta que en unos meses presente su renuncia. Además, el tema del aborto también los separa.
Salud es un área cedida al radicalismo, en la que Rubinstein es su representante. Por eso los radicales no quedaron conformes. Sin más espacios y en tensión con Peña.
Stanley retendrá la mayor caja del Gobierno, el 75% del presupuesto. Además de los planes sociales sumó la Anses, de Emilio Basavilbaso, que paga las jubilaciones y la asignación universal por hijo (AUH). Es una nueva superministra y responde a Vidal y Larreta.
Por contrapartida, Jorge Triaca, exministro y actual secretario de Trabajo, quedó recortado y perdió la Anses. Cerca de Triaca aseguran que se pondrá a disposición, sin personalismos, del ministro de Producción, Dante Sica.
Pero este, como todos los ministros, esperará instrucciones de Ibarra para reestructurar y simplificar el área junto a Triaca y al secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere. Sica potenciará con ellos las cadenas de valor y las mesas sectoriales: vino, cuero, forestal, textil, algodón, calzado, marroquinería, maquinaria agrícola y automotriz.
El otro polo es el Ministerio de Educación, de Alejandro Finocchiaro, que absorbió Cultura y Ciencia y Tecnología. Finocchiaro viene de la gestión de Vidal, mientras que el exministro de Cultura Pablo Avelluto responde a Peña. Seguirá como uno de los voceros generales del Gobierno. Si bien habrá coordinación, el titular de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, viene del kirchnerismo y no se descarta su alejamiento del gabinete en el mediano plazo.
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