Coincidencias y una memoria algo débil
Pocas horas antes de ser detenido por Interpol, el hasta entonces Ricardo Cavallo admitía ante un periodista de radio que había sido miembro de la Armada Argentina. "Hace muchos años, debo haber sido algo así como un guardia marina", atinó a responder, ante la sorpresa de los entrevistadores.
En pocas horas se sabrá con certeza si Ricardo Cavallo es un hombre de floja memoria o si simplemente es el capitán de corbeta (R) Miguel Angel Cavallo, como se sospecha.
Si se tratara de dos personas diferentes, sus historias compartirían curiosas coincidencias. Casi nada se sabe del ex marino Cavallo después de su pase a retiro en 1990 y nada se conoce del exitoso empresario Cavallo antes de esa fecha: de hecho, en su currículum no figura ningún cargo o actividad anterior a su ingreso en el mundo de los negocios relacionados con la electrónica, en 1990.
Miguel Angel Cavallo integraba el grupo de inteligencia de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Fue parte del Grupo de Tareas 3 (GT3), según consta en las denuncias recabadas por la Conadep.
Entre 1978 y 1980 fue teniente de navío y se lo conocía también con el apodo de Sérpico y los nombres Marcelo o Ricardo.
Ex detenidos en la ESMA lo acusaron de haber sido el encargado de la "Pecera" -como se llamaba al centro ilegal de detención- en 1980.
A mediados de ese año fue transferido a Francia, hasta 1983, como adjunto del agregado naval en París.
El empresario Cavallo, según relató en la entrevista radial de ayer antes de ser detenido, también vivió en Francia entre 1980 y 1983, como "adjunto del agregado naval".
El marino Cavallo fue reconocido en 1985 en una rueda de identificación como integrante de grupos de represión por Rebeca Wolfson, madre de la desaparecida Nora Irene Wolfson, secuestrada en Buenos Aires en agosto de 1979.
El trámite de reconocimiento se realizó en la sede del Tribunal de Instrucción Militar Naval, según información proporcionada por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
Algunas de sus presuntas víctimas se refieren a él como uno de los hombres más preparados de entre los que actuaban bajo las órdenes de Jorge "El Tigre" Acosta, de modo que oficiaba de enlace institucional ante diversos organismos.
Fue varias veces el encargado de negar que se cometieran torturas en la ESMA ante religiosos y periodistas extranjeros.
En julio de 1998 fue imputado por el juez español Baltasar Garzón en la querella criminal contra ex represores miembros de la ESMA. Lo acusa de tres homicidios.
Ricardo Cavallo vive en México desde octubre de 1999. Ingresó como turista y se radicó rápidamente para trabajar como director de la empresa concesionaria del registro automotor de ese país; licitación que ganó la empresa argentina Talsud, con sede en La Rioja.
Se presentó a solicitar su residencia con el mismo número de documento que el marino retirado, según denuncia el diario Reforma: el 6.275.013. ¿Otra coincidencia?
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