Cristina Kirchner cerró un encuentro sobre la salud y apuntó contra el Presidente: “Milei, ya que sos tan guapo, desregulá los medicamentos”
La expresidenta participó de un encuentro de la salud; cuestionó las políticas sanitarias de la gestión libertaria y desafió al mandatario sobre el precio de los remedios: “A ver si te animás”; también le mandó un mensaje al ministro Federcio Sturzenegger
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La expresidenta Cristina Kirchner se subió este sábado al escenario de la Facultad de Psicología de Rosario para disertar en el cierre del 11° Encuentro Nacional de Salud. Otra vez con la canción de fondo Fanático, de Lali Espósito, tal cual había hecho en Santiago del Estero, la antes mandataria repasó las políticas sanitarias que aplicó cuando estuvo en la Casa Rosada y mandó una serie de mensajes contra Javier Milei y su ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, por el aumento de las prepagas y los medicamentos.
En una charla frente a un complejo colmado de militantes de las distintas agrupaciones del kirchnerismo, Cristina Kirchner se refirió a un “mentiroso y falso” discurso de la desregulación del Estado. “Desregularon las prepagas en perjuicio de millones, entre los que me encuentro también, como usuaria de prepaga. Te fijan la cuota que se les canta. La cantidad de gente que se ha visto obligada a abandonar la prepaga, la podemos ver haciendo cola en los hospitales públicos”, planteó.
El escenario gigante que montaron los organizadores de espaldas al río Paraná estaba desguarnecido de sombra, porque el lugar es la cancha de fútbol en la que los estudiantes juegan picados los días de semana. Ante un sol intenso y calor agobiante, militantes de gremios, estudiantiles y de algunas agrupaciones políticas, buscaron refugio debajo de los eucaliptus que bordean el campo de juego. “Recuerden que soy pingüina”, apuntó Cristina Fernández, afectada por la alta temperatura.
En el sur de Rosario el calor era intenso, y más aún durante el discurso de la expresidenta, que tuvo tramos frontales con su contrincante político Javier Milei, al que buscó provocar en el terreno propio de los libertarios al reclamarle que “desregule” la compra de medicamentos. “El otro gran tema es que no se animan a desregular, porque estos desregulan a favor de poquitos, de los muy poderosos. A ver, Milei, ya que sos tan guapo, desregulá los medicamentos”, lo chicaneó al líder libertario, que suele valorar la tarea de Sturzenegger cada vez que puede.
La también exvice contó que este tema ya lo charló con el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, y que asimismo lo abordó con el embajador de India, con quien se reunió en el Instituto Patria. Según su planteo, sería “muy fácil” lograr una desregulación de los medicamentos a través de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (Anmat), el Ministerio de Salud y los laboratorios extranjeros que tienen convenios con la Argentina.
Como un contraste, dijo que durante las administraciones kirchneristas el impacto de la medicina en el presupuesto de las personas era de entre 15 y 20% -”con entrega de remedios gratuitos contra el HIV y a jubilados, y con 19 vacunas obligatorias”-, mientras que ahora representa al menos 40%.
“Los laboratorios argentinos han tenido una rentabilidad extrema en medio de la miseria popular porque se les cayeron las ventas y compensaron la caída con el aumento indiscriminado de precios, algunos llegan a 500%, sobre todo en los medicamentos de mayor uso”, expuso.
Después, retomó su mensaje al presidente. “Desde acá, desde la UNR, le decimos a Milei: ‘Animate y desregulá los medicamentos, decile al desregulador del megacanje que se anime, para que la gente pueda acceder a los medicamentos, para que no sea un martirio tener que ir a una farmacia y dejar la mitad o tres cuartas partes de los remedios que tienen que llevar porque no alcanza la guita’”, arremetió la jefa del Partido Justicialista (PJ).
Además, se preguntó “cómo puede haber gente tan insensible y tan cruel”, con relación a los funcionarios actuales, y enfatizó en que los libertarios no tiene que lograr poner al kirchnerismo en la vereda de en frente al capitalismo. “El capitalismo necesita consumidores, gente que pueda comprar, ¿qué clase de capitalismo es este, que cada vez hay menos consumidores? Me quedo con el nuestro”, sostuvo.
La gran mayoría del público eran trabajadores de la salud y estudiantes. La temática que se abordó en el 11º Encuentro Nacional de Salud, fue clave para que la expresidente se buscara diferenciar de la gestión de Milei. En esa búsqueda de encontrar los contrastes y el afán por polarizar, Cristina recurrió al pasado reciente, a la pandemia, el momento de gestación libertaria, cuando se hicieron visibles para repudiar el extenso aislamiento obligatorio dispuesto por Alberto Fernández.
Siempre en este marco, la expresidenta giró un dardo sin nombrarlo al dueño de Swiss Medical, Claudio Belocopitt, que supo estar enfrentado al Gobierno. Primero comentó que esto que ocurre ahora no es una crisis sanitaria, sino que apuntó a la desinversión, y lo contrastó con la época del Covid-19. “La pandemia sí fue una crisis, imprevisible, inmanejable, que ocurrió al mundo entero. ¡Y lo bien que lo hicimos! Y cómo se demostró la inconsistencia del sistema privado y la consistencia del sistema público. No me puedo olvidar entrevistas en la televisión, de circunspectos propietarios de prepagas”, comentó y la interrumpieron sus seguidores al grito de “¡Belocopitt!”. La exvice retrucó: “No, que después se enojan y me dicen cosas horribles”. Y siguió sobre la crisis de coronavirus, cuando gobernaba Alberto Fernández: “No daban abasto en las clínicas y sanatorios, y eran atendidos en todo el sector público. Lo dijo uno de los dueños de las prepagas más importantes del país”.
Los organizadores del acto fueron el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires Nicolás Kreplak y la diputada nacional Florencia Carignano, la principal referente de La Cámpora en Santa Fe, un rasgo que demarcó la cercanía de Cristina por ese espacio y el alejamiento de otros sectores más tradicionales del peronismo, que se hizo visible a partir de sus ausencias. Fueron llamativas las excusas que algunos dirigentes de movimientos sociales, los cercanos al senador Marcelo Lewandowsky y el exgobernador Omar Perotti para evitar estar en Rosario el día en que desembarcó la expresidenta.
Esa particularidad dejó al descubierto que en Santa Fe hoy Cristina se referencia sobre dos núcleos duros, que históricamente la acompañaron, como La Cámpora y La Corriente de Agustín Rossi. Fue una paradoja y contraste con el pasado. Porque la última vez que la expresidenta estuvo en Rosario fue en el cierre de campaña en agosto de 2019 en el Monumento a la Bandera, con Alberto Fernández como candidato, luego triunfador, que abroqueló a todo el peronismo provincial.
El paso del tiempo, las derrotas electorales y el ascenso de la figura del presidente Javier Milei hicieron que sólo un sector incondicional prefiriera estar junto a Cristina. A eso se agrega otro factor, como es un panorama judicial complicado. La Cámara de Casación ratificó el fallo de primera instancia en la causa Vialidad y confirmó su condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos. Los magistrados entienden que CFK intervino directamente para favorecer en las licitaciones al empresario Lázaro Báez, allegado a la familia Kirchner.
Sin embargo, hoy Cristina aparece como la principal opositora, según coinciden los sondeos, aunque por ahora los respaldos políticos para fortalecer su figura aparecen más difusos y envueltos en una incertidumbre. En su discurso aprovechó para usar el contraste para diferenciarse de Milei. Destacó algunas medidas en las gestiones kirchneristas que beneficiaron a muchas personas de los sectores medios y altos como respuesta a “quienes nos dicen que solamente nos importan los pobres”.
“En Santiago del Estero dije que hay que ampliar el tema de la militancia y no solamente incorporar o interpelar al militante peronista, sino a todos. Y yo quiero decirles acá a ustedes, que son militantes del sistema sanitario... como yo siempre digo, ‘no soy una abogada peronista, sino que soy una peronista que es abogada’. Parece lo mismo, pero no es lo mismo, porque anteponemos nuestra concepción, nuestra mirada del mundo, antes que la pertenencia corporativa”, marcó y llamó a convocar a todos los argentinos. “A ustedes, sobre todo a los militantes de la salud, que cumplieron un rol fundamental durante la pandemia y lo tienen en la vida de la gente, enseñen al resto de los argentinos a que podamos curarnos de estas cosas que nos pasan y nos hacen infelices a todos y todas”, los encomendó.
La salud mental y las “minas” de la Casa Rosada
Convencida de que la salud no es un hecho científico, sino político y social, la expresidenta remarcó la importancia de construir cloacas o redes de agua potable -cuando la gestión libertaria cortó la obra pública bajo el precepto de que generaba corrupción- y mandó otro cuestionamiento a la Casa Rosada al abordar el tema de la salud mental. “Los problemas de salud mental que crean el temor a perder trabajo, a que no te alcance la guita... [Problemas de] salud mental que hoy en la Argentina los podemos ver desde las más altas esferas hasta muy abajo. Ha penetrado transversalmente el problema de la salud mental en la Argentina y hay muchos casos en que parece ser que no tienen cura tampoco”, deslizó, con ironía.
Además, consideró que es necesario construir un Estado eficiente y pidió a sus seguidores no tenerle miedo a ese concepto. “El Estado no puede ser estático, adentro de los ministerios; tiene que salir. Tiene que ser un Estado cercano, que la gente vea que cada empleado está comprometido con su realidad y que no lo vea como un ser privilegiado. Después eso argumentan estos malos gobiernos, que convencen a la gente de que hay que destruir el Estado y no se dan cuenta de que les están destruyendo la vida”, expresó contra Milei.
Acto seguido, pidió una reflexión a propios y ajenos, y cargó contra aquellos que en su momento le criticaban sus modos. “Muchas veces escuché, siendo presidenta, esto de los modales: el dedito, la cadena nacional”, enumeró. Desde el público le dijeron que eso le ocurría solo por ser mujer. “Porque soy mina, un poquito; pero porque gobierno para todos, más todavía”, les contestó la expresidenta, hablando en presente. “Porque soy mina un poquito. Porque conozco muchas minas que están en el Gobierno, que gobiernan para ellas y un grupo selecto nada más”, acotó, contra las dirigentes libertarias.
“Digo, para propios y ajenos que reprochaban formas, ¡mamita! ¡Al lado de esto soy la Condesa de Chikoff, realmente!”, exclamó, como ya había hecho en otra oportunidad, en referencia con aquella mujer argentina que fue maestra de protocolo y referente de los buenos modales.
Informe de Germán de los Santos.
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