Del "ajuste feroz" a la "falta de solidaridad": el fuego cruzado marcó el debate desde el arranque

Ajuste feroz a jubilados y clase media y entrega de "plenos poderes" al Gobierno, por un lado. Pedidos de solidaridad con los que menos tienen para paliar los efectos de la herencia recibida, por el otro. Más allá de que no hubo discursos explosivos, el proyecto de emergencia pública del gobierno de Alberto Fernández volvió a dejar a la vista que la grieta política está más vigente que nunca.

Sin puntos de consenso posibles entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, el debate en la Cámara de Diputados quedó monopolizado por las acusaciones cruzadas entre el flamante oficialismo y el principal bloque de oposición.

En medio de ambas trincheras, un pequeño grupo de legisladores (la izquierda, el lavagnismo y algunas fuerzas provinciales) repartió críticas a ambos lados de la grieta, castigando tanto a las gestiones kirchneristas como al gobierno de Mauricio Macri.

Una de las voces más filosas de Juntos por el Cambio fue la de Luciano Laspina (Pro-Santa Fe), quien durante la gestión macrista presidió la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara baja. Laspina acusó sin medias tintas al Gobierno de "congelar las jubilaciones" y aseguró que el proyecto contiene "un impuestazo de casi dos puntos del producto bruto interno".

"Congelar las jubilaciones es poner el carro delante del caballo. Primero tienen que tener un plan económico", sentenció Laspina. "No hay un plan para bajar la inflación", agregó, en dirección al ministro de Economía, Martín Guzmán.

Laspina había respondido así al crudo diagnóstico sobre la herencia recibida por el Gobierno que, en el inicio del debate, habían realizado los oficialistas Darío Martínez (Neuquén) y Carlos Heller (Capital), actual y futuro presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, respectivamente.

"El escenario que recibimos nos plantea urgencias, el producto bruto interno cayó estos cuatro años entre un 9% y un 10%", afirmó Heller, para justificar la emergencia que impulsa la administración Fernández. Además, dijo que los compromisos de deuda heredados "resultan absolutamente insostenibles".

Martínez, en tanto, agregó más números para graficar la situación. Mencionó "el 52% de inflación acumulada" en el último año, la pérdida del poder adquisitivo del 20% en los jubilados, la caída de la industria manufacturera y una "tasa de desocupación que ha llegado a los dos dígitos".

Dentro del Frente de Todos, Eduardo Valdés intentó poner paños fríos, repartiendo culpas. "Algo no hacemos bien", dijo, al señalar que el 40% de pobreza que dejó el macrismo "duele y mucho", pero lo misma sucedía con el 30% que dejó el Frente para la Victoria. Fue uno de los pocos.

Además de la crítica por el ajuste a la clase media y a los jubilados, desde Juntos por el Cambio también se hizo hincapié en la fuerte delegación de poderes que contiene el proyecto de emergencia.

"Esta ley no es de solidaridad social, es una excusa para justificar un festival continuado de multiemergencias a la carta", sentenció el radical Luis Pastori (Misiones).

Desde la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro (Capital) pidió llamar a las cosas por su nombre. "Esto es una clara ley de plenos poderes para que el Ejecutivo haga lo que quiera", denunció.

Ferraro también rechazó el discurso oficialista sobre el estado calamitoso en el que habría recibido la administración. "Nos quieren hacer creer que la Argentina es tierra arrasada, igual que lo fue en 2001 o en la crisis inflacionaria de 1989, y esto no es así", dijo.

Acusaciones por duplicado

Por los avatares del armado de la lista de oradores, en la que se anotaron más de 140 diputados, el duelo entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio dio paso a los grupos ubicados en el centro de la grieta.

El trotskista Nicolás del Caño (FIT-Buenos Aires) acusó de hipócritas a los diputados del exoficialismo. "Qué nos vienen a hablar de que defienden a los jubilados, qué hipocresía tiene Cambiemos: 25 por ciento perdieron los jubilados en el gobierno de Macri", denunció.

Pero también le recordó al Frente de Todos que "el ministro Guzmán dijo que la actual movilidad jubilatoria genera inflación, que los jubilados generan inflación". "Resulta que un jubilado que cobra más de 19.068 pesos tiene que ser solidario con aquellos que ganan 14.000 mientras el proyecto plantea reducción de la retenciones a las mineras y no les tocan un centavo a los bancos, que fueron los grandes ganadores", se quejó.

El socialista Luis Contigiani (Frente Progresista-Santa Fe) también disparó hacia ambos lados de la grieta. "Hace ocho años que la Argentina está estancada y en esta dinámica del odio se ponen de acuerdo en tres cosas: pobreza, desempleo y estancamiento económico", acusó.

Nuevo aliado del oficialismo, el mendocino José Luis Ramón, presidente del bloque Unidad Federal, se preocupó por replicar las críticas de Juntos por el Cambio. "Se habla de delegación de poderes, pero la verdad es que en estos (últimos) dos años se gobernó a través de decretos de necesidad y urgencia", dijo.

El mismo argumento había utilizado la kirchnerista Fernanda Vallejos, quien rechazó las acusaciones de la oposición sobre el efecto de la emergencia en el ingreso de los jubilados. "No hay congelamiento de jubilaciones, hay bonos de cinco mil pesos y hay aumentos trimestrales como corresponde, con la diferencia de que no se van a hacer con esa fórmula que siempre rechazamos", justificó.

Sin embargo, el radical Alfredo Cornejo (Mendoza) dio una visión diametralmente opuesta. "Esto es la baja del gasto público por vía de un congelamiento de las jubilaciones", denunció.