Desde el monoblock
"Si yo fuera el dueño de ese departamento, estaría viviendo allá. No acá", retruca Claudio Marcelo Hernando ante la consulta de LA NACION, sentado en la escalera de concreto que lleva a su departamento, en el segundo piso de un monoblock en las afueras de La Plata. Pero es él quien apareció en los registros oficiales como dueño de otro coqueto departamento porteño de Barrio Parque que ocultaría a su verdadero propietario: el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime.
Vendedor de medias, Hernando (47) vive en un barrio humilde, detrás del cementerio platense. Pero en los registros oficiales figura como uno de los ejecutivos de Clamaran SA, aunque él dice ignorarlo todo. Se muestra sorprendido. "¿Jaime? Sí, sé quién es", comenta, mientras con su mano hace el gesto de un avión aterrizando y despegando. "Pero no lo conozco", aclara. Lo que expande cuando LA NACION lo contacta otra vez, pero por teléfono: "Ahora me da miedo. Vi de qué se trata por el noticiero de la tele. Son gente poderosa, ¿no?".
Ante la Justicia, dijo que todo comenzó tras un partido de fútbol, cuando comieron un asado y acordó invertir $ 7000 en una sociedad, Clamaran. Y que a Hugo Alvarez Picasso sólo lo vio una vez, cuando firmó la venta de la firma.
Ante LA NACION, Hernando jura, de todos modos, que él necesitaba dinero y malvendió su parte. Dice que cobró 7000, pero dólares, no pesos, por sus acciones, aunque no encuentra la constancia del escribano. "Me mudé un par de veces desde entonces, así que tengo que buscar ese papelito."
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