
El escándalo por la venta de armas a Ecuador no baja el tono
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LIMA.- "Presidente estamos en un poblema" fueron las primeras palabras que pronunció el ministro del Interior Carlos Corach al entregar al mandatario peruano Alberto Fujimori la famosa carta de Carlos Menem en la que pide las disculpas del caso por el escandoloso suceso de la venta de armas al Ecuador cuando ambas naciones estaban en guerra.
Fujimori escuchó tomó nota "se mostró comprensivo" -segú n el ministro- y cuando habló dijo que "tiene confianza en la acción de la Justicia y en la decisión política de resolver el caso" .
En el concepto fundamental de la carta de un presidente a otro Menem califica el hecho como delictivo aberrante e ignominioso". Por su parte Fujimori leyó con mucha paciencia la misiva. Al concluir Corach le contó cómo está la marcha de la investigación que tiene un aspecto radicado en la Justicia que existe una investigación administrativa y que además la empresa Fabricaciones Militares será privatizada o liquidada.
Fue allí cuando el presidente peruano respondió con una frase propia de un oriental: "Fue muy ilustrativa la explicación" acotó.
Cómo sofocar el fuego
Era necesario tanto gesto para apagar tamaña duda podría ser el resumen de esta operación diplomática argentina jugada por el jefe de la cartera políitca y bajo la mirada atenta de la Cancillería. La últimasemana hablaron los cancilleres Di Tella y Franciso Tudela para redondear la llegada de Corach y hace un tiempo lo habían hecho los presidentes.
Corach cree que los medios peruanos aceptaron la explicació n argentina tanto como la habría comprendido el presidente Fujimori. Corach le propuso a Fujimori que designe a un hombre suyo para que pueda ser informado por el gobierno argentino de las novedades que se producen en la investigación. El peruano no dijo si ni no: sólo anotó en un cuaderno al mejor estilo de un ingeniero de obra.
Fujimori estuvo tranquilo pero hizo un pedido: "Lo que sí espero es una pronta resolució n del caso" . La entrevista duró 25 minutos y comenzó puntual a la hora prefijada estaba el presidente con la mano extendida hacia Corach el embajador Arturo Ossorio Arana y la representante ante la OEA Alicia Martínez Ríos.En el medio del diálogo Fujimori no se olvidó de recordar que mantiene una excelente relación con Menem calificó de "excelentes las relaciones entre Perú y la Argentina" aunque aceptó que "este episodio preocupó a los peruanos por el cariño que existe entre ambos países" .
Luego el ministro del Interior coincidió en que su labor diplomática había sido pensada en función de la importancia que para la Argentina tiene Perú.
Una advertencia compromete a Defensa
El 18 de febrero del año último el brigadier Juan Paulik le advirtió al ministro Oscar Camilión que había partido un avión desde Ezeiza hacia Ecuador en el que aparentemente se transportaba armamento bélico según dijo una alta fuente ligada a la investigación.
El ministro le respondió escuetamente "está bien" y le agradeció el aviso. Nunca más Camilión volvió a mencionar el tema con Paulik.
Esa conversación consta en la declaración judicial de Paulik y sería en rigor el único elemento que podría ser utilizado para inferir que en Defensa se sabía de los vuelos a Ecuador.
Lo que sí sabía Camilión era que la Argentina había vendido armas pero a Venezuela lo que después se estableció que era falso.
Esa venta se había autorizado por el decreto secreto 103 del 24 de enero de 1995 (en plena guerra) que habían firmado los titulares de Defensa Economía y Relaciones Exteriores.
El contacto telefónico entre Paulik y el ministro se produjo el día mencionado cerca de la medianoche. Horas antes el jefe militar había llamado a la vivienda de Camilión pero personal de la guardia le informó que el ministro no estaba y que volvería más tarde.
La Fuerza Aérea ya había sido alertada de que se estarían enviando armas argentinas a Ecuador. El aviso había llegado de parte del agregado aeronáutico peruano quien lo conversó con uno de los más altos mandos de la fuerza de la jerarquía de brigadier.
A partir de ese momento el brigadier Paulik dio instrucciones reservadas para que todo el personal destinado en Ezeiza abriera los ojos y le comunicara directamente cualquier novedad.
Como oficial de guardia el 18 de febrero estaba el mayor Spadaro quien le informó a Paulik que un avión de la empresa Fine Air con un cargamento que casi con seguridad eran armas había partido hacia Guayaquil aunque su destino final era Caracas.
La certeza acerca del cargamento no existía ya que la Fuerza Aérea no está autorizada a revisar las cargas. Esa tarea está a cargo de la Aduana donde se entregan los correspondientes certificados.
Sin embargo a pesar de que se estaba desarrollando una guerra entre Perú y Ecuador sólo a la Fuerza Aérea pareció preocuparle que un cargamento sospechado partiera hacía Ecuador. En realidad se trataba del segundo vuelo de Fine Air. El primero había salido el día anterior y cuatro días después de la conversación entre Paulik y Camilión es decir el 22 salió el tercero también cargado. El 26 partió el cuarto pero vacío. Es indudable que alguien avisó que era mejor detener el envío de armas porque se había descubierto la triangulación.




