El peronismo, frente a dos alternativas

A la luz de los resultados de ayer, ¿estamos siendo testigos de un movimiento más del peronismo de geometría variable, o se perfila la consolidación de un cisma?

La primera alternativa nos anuncia una reorganización, bajo un nuevo vértice, de las fuerzas peronistas.

Este reordenamiento debería ser ejecutado por dirigentes con capacidad de articulación del aparato del Estado (moneda de cambio del poder peronista) y capacidad de establecer puentes que unan el archipiélago provincial.

Al momento en que escribo estas líneas, al conocerse los resultados del escrutinio, el Frente para la Victoria estaría obteniendo menos que el 25% de los votos para diputados nacionales. En las elecciones de 2009, también legislativas, el FPV obtuvo el 30,7 por ciento de los sufragios en todo el país.

Con una derrota tan concluyente -es difícil que sus dirigentes, salvo de la boca para fuera, asimilen bien el golpe-, el FPV podría estar en las vísperas (luego de octubre por supuesto) de un desgranamiento.

Y la geometría variable del peronismo se pondrá nuevamente en movimiento para rehacer la unidad bajo nuevas banderas.

La segunda alternativa no ve las cosas de este modo. Aunque el kirchnerismo pierda el sostén de algunas provincias con las que ha contado, en general las periféricas, el control de la Presidencia será decisivo -confía esta visión- para mantener una fuerza que llegue a 2015 a trancos y barrancos con candidatura propia.

Si así fuera, habrá dos candidaturas presidenciales peronistas y el peronismo se desdoblará en el largo plazo de modo más permanente sobre una base regional.