El "secreto" de los intendentes eternos del conurbano

El Senado bonaerense clausuró ayer la posibilidad de que los intendentes puedan buscar su reelección indefinidamente y, con ello, se trastocó lo que fue una constante del conurbano y el interior provincial: jefes comunales y legisladores que se mantienen en sus sillones por décadas y que, salvo excepciones, sólo ven en peligro su permanencia cuando se salen de su curso habitual las elecciones provinciales y nacionales.

Un estudio del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) le puso número a esa constante: amparados por la ley electoral y la ventaja de contar con el aparato estatal a sus espaldas, ocho de cada diez intendentes del conurbano bonaerense que buscaron su reelección, la consiguieron.

El estudio de Cippec indica que, desde 1983 hasta el año pasado, en el conurbano bonaerense se realizaron 200 elecciones municipales y que, de los 131 casos en los que el intendente buscó mantenerse en el poder, logró renovar su mandato 104 veces (79%). "Si compiten, ganan", sintetizan Josefina Mignone y Belén Abdala, coordinadora y analista de Cippec.

Las investigadoras aportan otro dato: 9 de los 24 municipios cuentan con menos de tres recambios en sus ejecutivos desde el regreso de la democracia. "El intendente oficialista tendió a ser el gran ganador del período en el conurbano. El cambio, en la mayoría de los casos, se produjo cuando el oficialista decidió no competir", señalan.

El predominio del PJ en sus distintas variantes

El peronismo aglomera a los principales ganadores. Más allá del nombre del partido, su predominio es claro: ganó el 75% de las elecciones del conurbano bonaerense. Esta tendencia fue acentuándose en el tiempo aún con la aparición de nuevos partidos vecinalistas y de orden nacional.

Una desigualdad que se amplía con los años

Mignone y Abdala también revelaron que, en el conurbano, la brecha entre el primer y segundo candidato a intendente más votado aumenta en cada ciclo electoral. Esto es, que los intendentes "eternos" terminan desgastando el poder de sus rivales internos. "Los menores niveles de competitividad parecen indicar que a medida que suceden las elecciones, quienes fueron derrotados contaron con menores oportunidades de ganar. Esto podría asociarse con un factor personalista. En dicho escenario, el intendente oficialista y el peronismo casi siempre se logran imponer", sostienen las autoras.

"Ser oficialista puede entonces tener un impacto en la permanencia en el cargo de los ejecutivos locales por diversos mandatos. Estudios previos realizados por Cippec muestran que en las provincias argentinas, la cancha está inclinada: los oficialismos ganan elecciones con más frecuencia que la oposición. En el conurbano, todo parece indicar que la derrota del ejecutivo municipal también es muy difícil. ¿Existen factores estructurales que inciden sobre los resultados electorales? ¿Se trata de ventajas oficialistas? ¿Son entonces las condiciones de la competencia equitativas para todos los candidatos?", concluyen Mignone y Abdala.

Ayer, el Senado bonaerense aprobó el fin de las reelecciones indefinidas de los intendentes, pero también de los senadores y diputados provinciales, los concejales de los municipios y los consejeros escolares. El proyecto venía siendo impulsado por el Frente Renovador de Sergio Massa desde 2013 y logró finalmente convertirse en ley con el apoyo de la gobernadora María Eugenia Vidal y los legisladores de Cambiemos. También fue respaldado por un sector del peronismo ligado con los intendentes jóvenes del conurbano.

Sólo se opusieron los legisladores identificados con el kirchnerismo: los senadores de La Cámpora, de Nuevo Encuentro y del peronismo que tiene entre sus referentes al jefe del PJ provincial, Fernando Espinoza, y al ex gobernador Daniel Scioli.