Elecciones: conversaciones, cálculos y dudas en Juntos por el Cambio por el armado de Randazzo y de los liberales

Con la calculadora de votos en la mano, referentes de Juntos por el Cambio siguen con atención los movimientos de los arquitectos de la “tercera vía”. Se trata de aspirantes del peronismo no kirchnerista, de los espacios de la derecha o de la izquierda, como Florencio Randazzo o Ricardo López Murphy, que podrían restarle sufragios al oficialismo en las legislativas, especulan en el seno de la coalición opositora, en la Ciudad y, sobre todo, en la provincia de Buenos Aires.

El más interesado en conocer el armado de los posibles candidatos de la “tercera vía” es Horacio Rodríguez Larreta. En un sector del larretismo están convencidos de que para tener chances de ganar en las elecciones de medio término en el terruño bonaerense, el principal bastión del kirchnerismo, necesitan que haya una alternativa al Frente de Todos que tenga una fuerte identidad peronista. Un candidato como Randazzo en la provincia, aventuran en el Ejecutivo porteño, podría restarle votos al oficialismo.

Ese análisis se basa en los resultados de las últimas elecciones. En las derrotas que sufrió el cristinismo en el distrito más poblado del país siempre hubo una tercera opción peronista en la oferta electoral. En las legislativas de 2009, Francisco De Narváez, quien se alió con Felipe Solá y Mauricio Macri, se impuso sobre el expresidente Néstor Kirchner. En 2013, Sergio Massa, líder del Frente Renovador, aliado a Pro, inauguró la “avenida del medio” el imponerse sobre Martín Insaurralde, el postulante del Frente para la Victoria.

La tercera vía peronista que construyó Massa, y por la que pugnó también Randazzo, se mantuvo vigente en la provincia en las elecciones de 2015 y 2017, cuando triunfó Cambiemos, con María Eugenia Vidal y Esteban Bullrich respectivamente, en las listas. El Pro pujó, sobre todo en 2015, para que Massa no abandone la carrera electoral.

El factor Randazzo

Con esos antecedentes, Larreta y sus alfiles mantienen diálogos desde hace meses con Randazzo. Con el objetivo de ampliar la base electoral de la coalición y sumar a votantes peronistas que no comulguen con el Gobierno, el alcalde porteño también sigue los pasos Juan Manuel Urtubey, excompañero de fórmula de Roberto Lavagna, y protege bajo su ala a la facción que lideran Emilio Monzó y Rogelio Frigerio, quienes son resistidos por un sector de la coalición opositora.

Es más, funcionarios porteños admiten en la intimidad que Juntos por el Cambio debería cambiar el nombre y su perfil para tener posibilidades en la provincia, ya que, advierten, una porción importante del electorado sigue siendo refractaria al macrismo.

En la cúpula de la Ciudad reconocen que están interesados en que Randazzo se mantenga en la grilla de postulantes, ya que creen que esa boleta le podría “morder” votos al cristinismo en el conurbano bonaerense. “El kirchnerismo también juega y te pone a [José Luis] Espert”, dice una fuente del larretismo. Otro integrante del Ejecutivo especula: “Randazzo es el voto de la avenida del medio. Todo indica que les saca más a ellos que a nosotros”.

En el entorno del exministro de Transporte, según el análisis que arrojan los focus group, afirman que Randazzo, que se acerca a Lavagna y Graciela Camaño, “pesca” sufragios de las dos canastas. “Somos una alternativa nueva”, resaltan.

Dilemas

En el seno de Juntos por el Cambio esperan la definición de Vidal para ensamblar las piezas del rompecabezas. Si la exgobernadora decide regresar a la ciudad, Larreta prepara a su vicejefe, Diego Santilli, para la contienda bonaerense. En ese caso, evalúa un estratega del alcalde, la existencia de la “tercera vía” es un arma de doble filo. Creen que un postulante como Santilli, con un perfil peronista, podría sumar a dirigentes bonaerenses del justicialismo que rechazan el avance de La Cámpora en la provincia o votantes peronistas que estén desencantados con Alberto Fernández.

El nexo de Larreta con el submundo peronista del conurbano es el intendente de Lanús, Nestor Grindetti, y su principal ladero, Diego Kravetz, quienes lanzaron hace meses su agrupación “Hacemos”, para aglutinar a dirigentes peronistas que sienten marginados por el camporismo en la provincia. De hecho, varios alfiles peronistas del conurbano pasaron durante las últimas semanas por la sede de la Ciudad para explorar un acuerdo con Larreta. Sin embargo, admite una fuente porteña, la irrupción de Randazzo en el tablero bonaerense complicó esas negociaciones. “Florencio chifla y se van todos con él”, grafica un armador del larretismo. Por lo tanto, evalúa esa fuente, la aparición del exministro de Transporte en el escenario electoral bonaerense le quitaría votos al kirchnerismo y a Juntos por el Cambio.

Entre los apuntados por el larretismo aparece Fernando Gray, intendente Esteban Echeverría, principal contrincante de Máximo Kirchner, a quien califican como un buen “gestor”.

En ese marco, Joaquín de la Torre, hasta ahora socio de Juntos por el Cambio, revisa su estrategia en la provincia. De la Torre abrió la discusión hacia el interior de Peronismo Republicano, la fuerza que lanzó junto a Miguel Ángel Pichetto, sobre si sería conveniente competir por dentro o por fuera de la coalición en la provincia. Si Vidal, con quien tiene un compromiso personal, decide regresar a la ciudad, De la Torre tendría el “pase libre” para negociar con Randazzo. A ese lugar quiere arrastrar a otros dirigentes de JxC, como Monzó, quien busca captar el voto de centro y filo justicialista.

Para fortalecer su proyecto presidencial, Larreta busca replicar el modelo de alianzas porteño en todo el país. En las elecciones de 2019, logró sumar a la coalición electoral desde el socialista Roy Cortina hasta el liberal Espert. “Hay que sumar para ganar la elección y para gobernar”, repiten cerca del jefe de gobierno.

Atentos a los liberales

En el larretismo también están muy atentos a la crisis que atraviesa el armado del frente de Espert por el supuesto vínculo entre el economista y Federico Machado, un empresario detenido en Neuquén por presuntos vínculos con el narcotráfico. Días atrás, Republicanos Unidos, una fuerza que integra Ricardo López Murphy, congeló las negociaciones con Espert para sellar una alianza electoral. Hay quienes sospechan que detrás de esa eventual ruptura está el larretismo. En la Ciudad lo niegan.

Lo cierto es que tanto Larreta como Patricia Bullrich (Pro) y Alfredo Cornejo (UCR) tientan a López Murphy para que se sume al espacio opositor en esta elección, pero el exministro de Economía, que duda entre competir en la ciudad o la provincia, no definió su futuro. Por ahora, cree que lo mejor es competir en las legislativas contra el kirchnerismo y el macrismo, pero ratifica que está dispuesto a confluir en una gran coalición “republicana” recién en 2023. Su objetivo, insiste, es derrotar al “populismo”.

Bullrich también aboga por incorporar a otros alfiles de la derecha, como el economista liberal Javier Milei. Hasta el momento, el esquema de alianzas de los liberales no está claro. Durante las últimas horas, Espert, que pretende competir en la provincia, llamó a armar una gran interna opositora contra el kirchnerismo en las legislativas.

A su vez, en el larretismo reconocen que los ayudaría que haya en el mapa electoral de la ciudad una opción consolidada de la izquierda, como el FIT, que suelen captar votos del kirchnerismo, sobre todo, en elecciones de medio término o en épocas de crisis. “Tenemos diálogo con ellos, pero son más difíciles”, remarca una fuente porteña. Consultores cercanos al larretismo le sugieren al alcalde que necesitará una opción progresista en la grilla para evitar que el Frente de Todos supere los veinte puntos (Matías Lammens quedó segundo en 2019, con 35%).