Felipe Solá se reunió con el canciller brasileño y recompone la relación

La delegación Argentina encabezada por el canciller Felipe Solá practicó equilibrismo en el primer encuentro cara a cara con su par brasileño Ernesto Araújo, en Brasilia.

El canciller argentino buscó convencer a Araújo que el gobierno de Alberto Fernández no está a priori en contra de la apertura comercial del Mercosur, una de las principales metas del gobierno de Jair Bolsonaro. Sin embargo, pidió moderación en el plazo, debido al efecto que podría generar una apertura brusca en la alicaída economía argentina, según supo LA NACION de una fuente de la comitiva argentina.

En una reunión más componedora que de definición de los temas de la agenda bilateral entre los países, Solá y su par brasileño Ernesto Araújo se comprometieron a trabajar para fortalecer el Mercosur, con la discusión por la apertura comercial del bloque como trasfondo.

Durante más de una hora, en el primer encuentro cara a cara entre autoridades de Brasil y la Argentina, los cancilleres de ambos países limaron asperezas en Brasilia. Sola, además, pidió el apoyo del país vecino en la renegociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

"La misión que encabezo tiene como objetivo discutir las cuestiones del Mercosur, las cuestiones bilaterales para el país hermano, en un marco de acercamiento. Este es un viaje de amistad y calidez entre los dos países que hacía muy necesario. Por eso estamos acá", dijo Solá, en una declaración oficial a periodistas en Brasilia.

Las señales de distensión habían comenzado temprano. Pasadas las 11, un sonriente Solá había llegado a Itamaraty y en las escalinatas de la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores paró para posar junto a Araújo, también de semblante alegre, ante los flashes de los fotógrafos.

El gobierno brasileño puso en agenda el futuro del Mercosur y las relaciones externas del bloque, dos temas espinosos para la relación bilateral.

Consciente de que Brasil busca dinamizar el Mercosur y alcanzar acuerdos de libre comercio con otros bloques, Argentina intenta hacer equilibrio con su principal socio comercial. Sin mostrarse en contra, el gobierno de Fernández intenta ralentizar al máximo el proceso de apertura, aduciendo la debilidad de la economía argentina. Fue lo que intentó mostrar Solá en Brasilia.

"Hubo muy buen clima.", relató a LA NACION una fuente de la comitiva argentina.

"Existe comprensión de la delicada situación económica argentina", dijeron cerca de Solá, conformes con el saldo de la reunión.

El gobierno de Bolsonaro, por su parte, impulsa una reducción del Arancel Externo Común del bloque regional. "Queremos que Brasil entienda la fragilidad de la economía y que la apertura se haga a una velocidad que contemple esa situación", repiten cerca del canciller argentino.

Solá comenzó a esgrimir parte de esos argumentos esta mañana, en un intento también por moderar la visión que el ministro de economía brasileño, Paulo Guedes—con el control absoluto del timón en las decisiones económicas— tiene de la Argentina.

Guedes mira con recelo a Argentina por el presunto perfil extremadamente proteccionista del nuevo gobierno peronista. En el equipo económico de Brasil consideran, por caso, que una aproximación con la Argentina no es prioridad en este momento y que incluso podría entorpecer la intención de Brasil de ingresar a la OCDE, según publicó hoy el diario O Globo.

Solá tendrá una instancia más para convencer a las autoridades brasileñas. Luego de un almuerzo de camaradería que ofrecerá Itamaraty, prevista para las 15, el canciller argentino probará el plato fuerte de la visita: Una audiencia con Bolsonaro en el palacio presidencial del Planalto.

Se espera de que de allí pueda surgir una fecha tentativa de reunión entre el presidente Alberto Fernández y el presidente brasileño.