La cúpula de la UCR apeló al espíritu de Alfonsín para llamar a pelear por la presidencia en 2023

Apenas resonó la voz de Raúl Alfonsín en su histórico discurso de 1983, en el que recitó el Preámbulo de la Constitución Nacional, en los parlantes del microestadio de Ferro Carril Oeste, Facundo Manes saltó de su asiento y arrancó a estrechar las manos de los popes de la UCR que coparon el palco principal. Desde Alfredo Cornejo y Gerardo Morales hasta Gustavo Valdés, Mario Negri y Luis Naidenoff lo arengaban con frases de aliento y palmadas en la espalda. “¡Vamos, eh!”, le gritó Ernesto Sanz. En plena campaña para las legislativas, la cúpula radical exhibió al médico como la gran esperanza con miras a 2023.

Rodeado por las cabezas del centenario partido, Manes convocó a ampliar a Juntos por el Cambio y armar una “nueva mayoría de centro popular” con el objetivo de “reconstruir a la Argentina”. “Sepan que no vamos a parar hasta encaminar al país al desarrollo”, exclamó el postulante bonaerense de Juntos desde el escenario montado en Ferro, un sitio con valor simbólico para la UCR, ante cientos de militantes y dirigentes del partido. Ocurrió horas después de que Mauricio Macri viajara a Dolores para ser indagado en la causa por supuesto espionaje a los familiares de los tripulantes del ARA San Juan. En la marcha de apoyo al expresidente hubo pocos emisarios radicales.

La UCR de Buenos Aires armó hoy un acto teñido de folclore radical para conmemorar un nuevo aniversario del triunfo de Alfonsín en 1983. Ese fue el motivo formal de la convocatoria, pero, en rigor, los jerarcas del partido hicieron una demostración de fuerza a sus socios de Juntos por el Cambio. Con Manes como principal orador de la tarde, llamaron a trabajar para consolidar la unidad “indisoluble” de la alianza, pero también a mantener su “identidad” para pelear por la presidencia en 2023.

“El radicalismo nacional está llamado, como en otros tiempos, a liderar una coalición y a buscar la presidencia de la Nación”, enfatizó Maximiliano Abad, titular de la UCR bonaerense y uno de los artífices del salto de Manes a la política.

Envalentonados con la idea de disputarle a Pro el liderazgo de Juntos por el Cambio, los principales referentes del radicalismo se reunieron en Caballito para exhibir a sus aliados que la UCR “volvió a la cancha”. Entienden que el partido salió fortalecido de las PASO, sobre todo por la performance de Manes en la interna de Juntos. “Ya pasamos la etapa de la resistencia, la de la reconstrucción y ahora vamos, vamos”, soltó Sanz con el dedo índice apuntando hacia el techo, tras el cierre de Manes.

Sin un liderazgo claro y con una disputa abierta entre Morales y Martín Lousteau por la conducción de la UCR, los radicales mostraron una postal de unidad en Ferro. Sin Lousteau, quien se excusó porque estaba en Catamarca, gobernadores, intendentes y legisladores arroparon a Manes en Caballito. Entre los asistentes estuvieron Daniel “Tano” Angelici, un hombre cercano a Macri, y el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, quien se alió con Diego Santilli en la interna de Juntos.

Mientras transita su primera experiencia como candidato, el neurólogo se probó como orador ante sus correligionarios. Preparó un discurso que estuvo plagado de mensajes internos. Detrás del atril, celebró que el radicalismo esté dispuesto a “pensar en grande” y a disputar el liderazgo de Juntos por el Cambio. Pidió trabajar para ampliar la base de sustentación del espacio para “encaminar la Argentina al desarrollo” e impulsar una “revolución del conocimiento”.

“Nosotros no vamos a conformarnos más con la pobreza. No vamos a aceptar el desempleo como destino ni vamos a tenerle miedo a la lucha contra el crimen y el narcotráfico”, sostuvo Manes, quien arrancará por estas horas un raid por el interior. También tuvo gestos hacia los jerarcas radicales que lo convocaron para ser candidato: valoró las gestiones de Morales (Jujuy), Valdés (Corrientes) o de Cornejo y Rodolfo Suarez (Mendoza). A su vez, destacó la figura de Sanz y su aporte a la UCR en la convención de Gualeguaychú, un mojón clave para la conformación de la alianza cambiemita.

El médico resaltó la contribución de los dirigentes que “resistieron” cuando el radicalismo estaba debilitado. “Ahora es el momento de vencer el fracaso de las divisiones políticas, de los privilegios y del statu quo que quiere que todo siga igual”, apuntó.

“Tenemos que ser parte de esta nueva ola imparable, que nació en la provincia y repercutió en todo el país”, subrayó Manes. Y remarcó que “mejorar la calidad de vida de los sectores populares es una condición imprescindible para que la Argentina se ponga de pie”.

En otro tramo de la alocución, Manes convocó a terminar con la “grieta que imponen desde arriba”. Al machacar con la idea de “construir un nuevo sueño colectivo”, el médico se ofrece como prenda de unidad para superar los fracasos de “las divisiones políticas”. Es que Manes se mira en el espejo con la figura de Alfonsín y la vuelta de la democracia. De hecho, terminó su discurso con un homenaje a Alfonsín: parafraseo el “rezo laico” del preámbulo del último líder del radicalismo.

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