
La UCR busca revertir el frágil resultado que cosechó en 2003
Quiere demostrar que el 2% de Moreau fue su piso más bajo
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Las elecciones legislativas del año próximo serán una prueba muy importante para la Unión Cívica Radical (UCR).
El centenario partido intentará demostrar que su pésima performance en las elecciones presidenciales de abril de 2003, cuando su candidato, Leopoldo Moreau, obtuvo cerca del 2 por ciento de los votos, fue el piso más bajo al que llegó y llegará, antes de iniciar su recuperación.
Por otro lado, debería por lo menos igualar el casi 10% que obtuvo su candidata a la gobernación bonaerense en 2003, Margarita Stolbizer, en las elecciones del año último, resultado que entonces sorprendió a propios y ajenos.
Por eso, la carta fuerte que jugará la UCR en la provincia de Buenos Aires en 2005 volverá a llamarse Margarita Stolbizer, que irá como candidata a senadora.
Sin embargo, nada es fácil en estos días para el partido centenario.
Es que ya se abrió la puja interna por ver quiénes acompañarán a la actual diputada y presidenta del comité provincia en las listas bonaerenses, y varios de los jefes tradicionales del partido están pugnando por tener un lugar para los suyos detrás de la dama.
El problema es que, según pudo saber LA NACION, la diputada, una mujer de fuerte carácter, no aceptará integrar una lista con figuras asociadas a lo que la ciudadanía identifica como la vieja corporación política.
En cambio, Stolbizer quiere lograr una ambiciosa renovación partidaria, para la cual ya tiene varios proyectos en mente, entre los que se encuentran la caducidad de las afiliaciones, reforma de la Carta Orgánica y el Código de Etica y retener en el partido a los sectores disconformes con la corporación radical.
En una disyuntiva parecida a la de su hermana bonaerense está la UCR de la Capital Federal.
Allí hubo varios ofrecimientos para que el ex jefe de gobierno porteño Enrique Olivera encabezara una lista "de intachables" que incluiría a figuras radicales o independientes de los ámbitos culturales, académicos y empresariales con poca trayectoria política pero gran credibilidad entre la sociedad civil.
La idea de las autoridades partidarias es armar la lista por consenso, para evitar las cruentas internas en el distrito que llegó a ser bastión del radicalismo y que hoy es víctima de una diáspora sin precedente.
Sin embargo, LA NACION supo de fuentes confiables que Olivera sólo aceptará el difícil desafío si el partido lo autoriza a armar frentes o acuerdos en este distrito con otras fuerzas políticas, como el socialismo, Afirmación para una República Igualitaria (ARI, el partido de Elisa Carrió) o Recrear (la fuerza de Ricardo López Murphy).
Consenso lejano
Esto dificultaría el consenso, pues aunque el comité nacional podría dar libertad de acción "con tal de que el distrito repunte", varios sectores internos de la UCR porteña que defienden la "Lista 3" a ultranza se opondrían.
Entre los nombres que suenan para acompañar a Olivera se menciona a dos de sus colaboradores cercanos: el penalista y ex ministro de Justicia Ricardo Gil Lavedra y la escritora María Sáenz Quesada.
También suena como posible candidato el actor y ex diputado Luis Brandoni, y de la mano del alfonsinismo podría producirse el regreso del ex intendente porteño Facundo Suárez Lastra.
Otro que ya está haciendo intentos por ser de la partida es el cómico Nito Artaza, líder de los ahorristas acorralados.
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