Las primarias mostraron las deudas de la reforma
Debutaron las primarias y, con ellas, la reforma electoral aprobada en 2009. El porcentaje de electores que asistió a votar muestra que primó un sentido de participación y responsabilidad ciudadana.
En la elección de ayer, como en todos los distritos que tuvieron elecciones este año, se hizo evidente la asimetría de recursos en favor de los oficialismos sobre los partidos de la oposición, a partir del abuso de la pauta oficial. Sin una legislación que regule el uso de la pauta oficial, el principio de equidad y resguardo de intereses que la reforma promueve está lejos de lograrse.
Los comicios bonaerenses y en otras provincias mostraron la principal deuda de la reforma. La disponibilidad de boletas y el sistema de control superaron ampliamente en espacio de disputa política y presencia mediática la discusión programática. Buenos Aires y la Nación tienen en el modelo salteño de voto electrónico y en la boleta única de Santa Fe y Córdoba alternativas para terminar con la boleta partidaria, sistema que no fortalece a los partidos ni mejora la calidad de la representación, y promueve la "industria" de la impresión, la distribución y el control de la boletas –más de $ 150 millones en Buenos Aires–.
Sin debate
No hubo, antes de la elección, un debate entre los precandidatos presidenciales. El sistema político analiza la posibilidad de debatir según lo que recomiende cada gurú electoral y ha naturalizado la idea de que debatir es un signo de debilidad para quien encabeza las encuestas. Es necesario cambiar esto y priorizar el debate sobre cualquier cálculo táctico. Desde la sociedad civil trabajamos para hacer del debate un hito ineludible del proceso electoral.
Por otro lado, con el umbral de 1,5% del padrón para precandidatos presidenciales y diputados nacionales la reforma aspira a reconstruir un sistema menos fragmentado y volátil. Pero para ello los partidos necesitan formar coaliciones y discutir acuerdos de políticas que unan a mediano plazo, por encima de personalismos.
La etapa previa a las primarias no tuvo como protagonista la discusión programática. En la oposición primó la táctica de llegar individualmente mejor posicionado a octubre por sobre la posibilidad de construir una alternativa de gobierno. Ahora se abre una oportunidad para que la oposición articule un programa de gobierno que compita en ideas y proyectos con el modelo oficial.
El oficialismo está en deuda con la presentación de una agenda de políticas prioritarias para el próximo período. El Gobierno tiene ahora la oportunidad de enunciar qué temas ocuparán el capital político del oficialismo en caso de ser reelegido.
Hoy sabemos quiénes protagonizarán, en los próximos 60 días, una discusión vital para el futuro del país. Con Agenda Presidencial (www.agendapresidencial.org) buscamos debatir una agenda de desarrollo de la Argentina. Los 14 memos que Cippec y otras organizaciones elaboraron para el futuro presidente inician un diálogo con los candidatos para agregar profundidad y sentido estratégico al debate electoral. Junto con otras organizaciones, estaremos "en campaña" para aumentar la discusión de ideas. Un debate de candidatos presidenciales sería el final ideal de un proceso que revalorizara el sentido sustancial de la política y celebrara la oportunidad de elegir.