Ley de Fibrosis quística. Los artículos controversiales que podría modificar Alberto Fernández
"Las correcciones o los inconvenientes que recién acaba de plantear el ministro de Salud de la Nación van a ser corregidas mediante decreto parcial por el presidente de la Nación", indicó la senadora Anabel Fernández Sagasti, apenas minutos después de que Ginés González García presentara su parecer sobre la ley de Fibrosis Quística en un plenario de tres comisiones de la Cámara alta, antes de que fuera sancionada. "Estamos ante una muy buena intención, pero con una incorrecta forma de abordarlo. Va a ser muy difícil que los objetivos de la ley puedan ser cumplidos", había expresado el funcionario.
A pesar de ello, el pedido del presidente Alberto Fernández a los senadores del oficialismo fue que "firmen dictamen tal cual está la media sanción". Así sucedió y, el pasado 23 de julio, el Senado aprobó el texto tal como vino de la Cámara de Diputados, lo que pedían también las familias de pacientes con Fibrosis Quística, una compleja enfermedad genética que suele atacar a los pulmones y al páncreas.
Una vez sancionado, Fernández cuenta con la posibilidad de aprobar y promulgar la ley u observar el proyecto, total o parcialmente. Si deja correr diez días hábiles y no lo devuelve al Congreso, se promulgará automáticamente. Fuentes del Ministerio de Salud informaron a LA NACION que la idea era introducir modificaciones, pero que aún no tienen novedades al respecto. Sin embargo, puntualizaron que los cambios los definirá el Presidente.
Los puntos más conflictivos, que podrían ser observados por el Ejecutivo:
- Costo del tratamiento
"Artículo 5°:
El ministro González García habló de "un medicamento muy caro" para tratar la Fibrosis quística y señaló que "se estima que son 300.000 dólares, el tratamiento, por paciente y por año". Debido a eso, indicó sobre el proyecto de ley: "Es una muy buena intención, pero con muy pocas posibilidades de ser concretada. Con lo que les dije del precio, imagínense lo que significa para cualquier estructura de una obra social, sea provincial o nacional, un solo caso".
Esos medicamentos a los que González García se refirió son conocidos como moduladores, que ayudan a tratar a algunos pacientes que padecen esta patología. "Las drogas más caras son dos. Orkambi, que tiene un genérico que es excelente en la Argentina y sale muchísimo menos [el ministro también alagó ese producto], y Trikafta, que todavía no tiene una droga paralela en el país y no se puede sustituir", explicó a LA NACION el neumonólogo infantil y jefe de la Unidad de Fibrosis Quística del Hospital Cetrángolo, Jorge Herrera, quien sí reconoció que los tratamientos "son costosos y de por vida".
Vale recordar que esta enfermedad es de origen hereditario y que ambos padres deben ser portadores del gen mutado CFTR para que el niño la padezca. Herrera destacó que no todos los pacientes fibroquísticos necesitan este tipo de medicinas tan costosas y que eso depende "de la mutación genética" que presenten. En el país hay inscriptos 1800 pacientes en el registro voluntario, de manera oficial. Sin embargo, el estimativo real que manejan las organizaciones es de 3000 personas con la patología.
Carlos Merlo (57), padre de Ramiro (14), diagnosticado con Fibrosis Quística a los pocos meses de vida, expresó a LA NACION que es un "error conceptual pensar que los 3000 aplican para tomar este medicamento". Este hombre y el profesional, coindicieron en que, como máximo, son 300 los pacientes que necesitarían acceder a un tratamiento de 300.000 dólares anuales.
Ambos, a su vez, estuvieron de acuerdo en la mayor capacidad que tiene el Estado para negociar un mejor precio con los laboratorios. "300.000 dólares paga un papá particular. Pero el poder del Estado es mucho mayor. A lo mejor, los costos terminan siendo menores", opina Merlo. Por su parte, Herrera agrega: "Estuve en el hospital Val d'Hebron de Barcelona. En España, o en Inglaterra, dos países donde el Estado se hace cargo de la medicación, negocian la compra, al necesitar más cantidad. Me lo comentaron los médicos allá".
Sobre ello, el ministro González García expresó a los senadores que la intención era crear un programa nacional para la Fibrosis quística, lo que permitiría "incluir a todos los argentinos y tener otra capacidad negociadora con los fabricantes".
- Prescripción médica e imposibilidad de sustitución
"Artículo 6:
González García sostuvo que "la idea de que la prescripción de un médico tiene carácter obligatorio y no puede ser sustituida, inclusive siendo una prescripción por marca, va en contra de un espíritu notable que tiene la Argentina" y que "detrás de todas estas cosas suele haber un problema económico gravísimo con el precio que significan estos tratamientos".
Sobre ello, explicó que "ese precio se puede combatir con una política firme del gobierno, que permita la sustitución" enfatizó en la necesidad de que no sea solo "una mirada unilateral".
"Estamos de acuerdo en el uso de genéricos", afirmó el neumonólogo Herrera con respecto a ese punto. "Podría ser un argumento válido", consideró Merlo, sobre la justificación del ministro de Salud en cuanto a este artículo.
- Certificado de discapacidad
"Artículo 7°
El ministro de Salud sostuvo que la ley "confunde el espíritu" que tuvieron los legisladores argentinos. "Primero, que es un concepto dinámico la discapacidad, no es una enfermedad. O peor aún, una cosa no aceptada en el mundo, que es un discapacitado ni bien nació, porque tiene una característica. Es una ley que vulnera el espíritu de convenciones internacionales y de leyes vinculadas. Alguien hasta me dijo que sería inconstitucional este artículo", refirió, tajante, González García con respecto a la posibilidad de otorgar ese certificado ni bien la persona es diagnosticada, lo que podría hacerse efectivo con un test apenas nace el bebé.
En sintonía con el ministro, la subsecretaria de Medicamentos e Información Estratégica, Sonia Tarragona, quien lo acompañó en el plenario de comisiones, insistió: "La idea de no otorgar el certificado de discapacidad al momento del nacimiento tiene que ver con que esto se contradice con el espíritu de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, donde la persona no es su enfermedad, sino el contexto social, psiquíco, donde esa persona se desarrolla".
La funcionaria expresó que "el solo diagnóstico no genera la incapacidad" y dijo: "Lo que uno debiera lograr es que el sistema de salud dé respuesta a lo que tiene que dar, sin poner un certificado de discapacidad en un niño que apenas nació".
Sin embargo, este es uno de los puntos que más defienden las organizaciones y las familias de pacientes fibroquísticos, ya que alegan que sin ese certificado, es imposible obtener el total de cobertura para la medicación y los tratamientos.
"Del total de diagnosticados, solo la mitad tiene el certificado. Hay un problema con las juntas evaluadoras", detallaba a LA NACION Paola Prieto, de la asociación Tu lucha es mi lucha, antes de la sanción de la ley. "Si no tenés el certificado, pasás a pelear por la cobertura, ya que no te garantizan la medicación al 100%", explicaba la coordinadora de Hurlingham, que es mamá de Nahuel (21), diagnosticado tardíamente.
Merlo refiere que, en determinadas ocasiones, al no constatar un deterioro visible en los pacientes, los evaluadores no otorgan los certificados y se pierde tiempo burocrático en el intento de conseguir cobertura para las medicinas, lo que hace avanzar la enfermedad. "Además, hay una tendencia a no entregarlos porque estos son elementos que no solo permiten la cobertura sanitaria, sino otros beneficios. La realidad es que son un mínimo los que se aprovechan, nosotros lo necesitamos para los medicamentos. Contra diagnóstico, no contra daño físico", dice.
El profesional del Hospital Cetrángolo vuelve a adherir a las palabras de Merlo y añade: "La gente que los revisa, a veces piensa que no tienen daño, pero porque es interno. A ellos no les interesa el subsidio, ellos quieren el certificado porque pelean por el 100% de cobertura".
Para ejemplificar la problemática, Herrera narra una situación habitual en pequeños fibroquísticos, que aún no cuentan con su certificado: "Las enzimas pancreáticas, necesarias en los bebés con la enfermedad para que la grasa pueda absorberse, salen aproximadamente $5000 por mes. Si el paciente no recibe cobertura, tiene que ponerlo de su bolsillo. A veces, no lo pueden pagar porque las obras sociales o prepagas solo les cubren un determinado porcentaje". El profesional detalla que el 80% de los bebés con Fibrosis quística padece insuficiencia pancreática y necesita esas enzimas.
- Programa Médico Obligatorio
"Artículo 13.
González García señaló que el PMO contempla "lo que es de uso habitual y, claramente dice, que deben ser excluidas las prestaciones de baja frecuencia y altísimo precio". El funcionario destacó que la ley presenta "inequidad", porque es exigible y aplicable a la estructura del sistema nacional y pueden quedar afuera las obras sociales provinciales y quienes no accedan a ese tipo de coberturas.
El ministro refirió que, tal como está, la normativa sería "un interminable conflicto tribunalicio y muy difícil de ser cumplida por casi ninguna institución".
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