Los obispos esperan que Javier Milei les haga un lugar en su agenda, en medio del ajuste por la crisis

En vísperas de la Navidad, en medio del severo ajuste anunciado por el Gobierno y una pobreza que cerrará el año en un 45%, la Iglesia espera que en breve se concrete la primera reunión con el presidente Javier Milei. “Cuando puedan congeniarse las agendas, hay disponibilidad para realizar un encuentro”, explicó a LA NACION una fuente eclesiástica, al transmitir la disposición de la conducción del Episcopado, que preside el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, para concretar la reunión con el mandatario.

Los obispos propusieron visitar al Presidente el viernes pasado, para aprovechar que se encontraba reunida en Buenos Aires la comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal, pero Milei se disculpó por no tener lugar en la agenda. En los próximos días se verá si hay espacio para realizar antes de fin de año la tradicional visita de las autoridades del Episcopado para llevar personalmente al mandatario el saludo por la Navidad. Si bien estos encuentros tienen carácter protocolar, los temas políticos y sociales se cuelan en el temario, especialmente en los tiempos de crisis, como ocurrió durante la gestión de Alberto Fernández.

Difícilmente la agenda de una reunión entre el Presidente y los obispos eluda el impacto de las medidas económicas ya anunciadas por el ministro de Economía, Luis Caputo, y las que puedan venir, ante el escenario que plantea el propio Gobierno, acerca de que la inflación seguirá su ritmo ascendente en los próximos meses, en momentos en que la pobreza castiga a unas 20 millones de personas.

Además de monseñor Ojea, integran la comisión ejecutiva del Episcopado los arzobispos de Mendoza, Marcelo Colombo (vicepresidente primero); y de Bahía Blanca, Carlos Azpiroz Costa (vicepresidente segundo), y el obispo auxiliar de La Plata, Alberto Bochatey (secretario general).

Milei hizo llegar a la conducción del Episcopado su agradecimiento por la invitación a la misa de beatificación del cardenal argentino Eduardo Pironio, que se celebró el sábado y reunió a varios obispos frente a la Basílica de Luján, en un marco multitudinario.

No hubo en Luján un funcionario nacional del presidente. Estuvo el diplomático Alberto Balboa, a cargo interinamente de la Secretaría de Culto, un área de la Cancillería -estratégica en la relación con la Iglesia- que el Gobierno mantiene sin cubrir. También está pendiente la designación del nuevo embajador ante la Santa Sede, en momentos en que crece la expectativa por un posible viaje de Francisco a la Argentina en 2024.

De concretarse, el encuentro entre el Presidente y la cúpula eclesiástica se dará tras el fuerte impacto que provocó el temporal del fin de semana en varias ciudades del país y que castigó especialmente a la zona de Bahía Blanca. El arzobispo Azpiroz Costa y el obispo auxiliar, Jorge Luis Wagner, presidirán una misa este jueves, a las 19, en la catedral local. En Bahía Blanca y las poblaciones vecinas, las ráfagas de viento provocaron 15 muertos y muchas personas hospitalizadas, además de la voladura de más de 100 techos de casas y caídas de más de 5000 árboles.

Durante la campaña electoral, Milei tuvo fuertes cruces con la Iglesia, a partir de las críticas e insultos que le dedicó a Francisco y que provocaron la reacción de sectores de la Iglesia, especialmente los curas villeros, que celebraron una misa de desagravio al Papa. El presidente del Episcopado explicó en su momento que la Iglesia no avalaba a ningún candidato y las tensiones se aplacaron cuando el propio Francisco llamó por teléfono al Presidente para felicitarlo por su triunfo electoral.

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