Macri le alquila su departamento en Capital al jefe de los espías
El Presidente dejó la propiedad de Avenida del Libertador y Cavia en manos de su amigo Gustavo Arribas; se desconoce el monto porque no existe un contrato formal
El mundo del espionaje y de la seguridad está revolucionado en el barrio de Palermo. El presidente Mauricio Macri se mudó al chalet presidencial de la residencia de Olivos, pero en la máxima reserva dejó su departamento en buenas manos: se lo alquila a su íntimo amigo y jefe de la inteligencia nacional, Gustavo Héctor Arribas, que lo ocupa desde mediados de febrero último.
Es así como pese a la mudanza del Presidente siguió notándose en los últimos días, por el barrio, un enorme despliegue de custodia. Especialmente por las noches.
En rigor, la presencia del titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Gustavo Arribas, no alteró el paisaje de la esquina de Avenida del Libertador y Cavia.
Los patrulleros se apuestan sobre la puerta de Avenida del Libertador 2732, que está junto a una sucursal del Citibank. Y también suele haber muchos sobre Cavia.
Desde que Macri fue elegido presidente, el 22 de noviembre del año último, esa zona del barrio porteño de Palermo fue fuertemente vigilada por las fuerzas de seguridad.
"El Presidente y Arribas son amigos desde su juventud, y Macri no le iba a alquilar el departamento a cualquiera. Sus dos esposas son muy amigas también entre sí, y aun antes de las elecciones Macri le dijo a Arribas: «Vos tenés que venir a vivir acá cuando yo esté en Olivos»", confió a LA NACION un allegado al jefe de la AFI.
Con el secreto propio de la Inteligencia, Arribas deja trascender ahora que creía que su amigo "estaba loco" o al menos demasiado confiado en sus posibilidades.
El titular de la ex SIDE, escribano y de 57 años, vivía hasta diciembre en San Pablo, Brasil, con amplias comodidades, y sólo venía a Buenos Aires por su actividad como representante de jugadores de fútbol, que ya delegó en un sobrino, y para ver a los familiares que viven en la Argentina. Por eso el departamento de más de 300 metros cuadrados de Macri le venía como anillo al dedo. Consultado ayer un vocero presidencial sobre la curiosa cesión temporal de la propiedad, señaló a LA NACION: "Es un acuerdo entre dos amigos".
El valor del alquiler del cuarto piso a la calle del edificio de Avenida del Libertador y Cavia es uno de los secretos mejor guardados de los espías macristas. No existe un contrato de alquiler pero a la oficina de Arribas llegan facturas con el importe de la locación: las cuentas claras conservan la amistad.
No está previsto, por ahora, que esas facturas se hagan públicas. Sin embargo, no se puede descartar que en algún momento Arribas quede obligado a exhibirlas, ya que como titular de la AFI controla fondos reservados de Inteligencia.
Los allegados al jefe de Inteligencia aseguraron a LA NACION que Arribas solía vivir en el mismo barrio cuando residía en Buenos Aires, por lo cual le interesaba mantener la zona.
Una amistad futbolística
En su juventud, Macri se hizo amigo íntimo del actual jefe de la Inteligencia. Ocurrió en los años 80, cuando su equipo de fútbol realizó una gira de ex alumnos del Colegio Newman por los Estados Unidos, invitados por universidades de Boston. Por aquel entonces, al equipo le faltaba peso ofensivo. "Nos faltaba gol", recuerda uno de los jugadores.
Por eso, los amigos de Macri convocaron a tres invitados "extranjeros" que jugaban muy bien. Fue Pablo Clusellas, actual secretario legal y técnico, el que propuso traer a un compañero suyo de la Facultad de Derecho de la UBA que era un habilidoso delantero.
Fue así como introdujo a Arribas, a quien apodaban "el Negro", y desde entonces aquel estudiante de Derecho frecuentó, además, los partidos de la quinta de los Macri.
Por esa misma amistad, el Presidente suele ser invitado por Arribas a cenar a su casa y entonces Macri se encuentra de visita en su propio departamento. La primera dama, Juliana Awada, es íntima amiga de la esposa de Arribas, Linda Summy, una abogada brasileña que cuida la propiedad como si fuera su departamento de San Pablo.
Uno de los pasatiempos preferidos de Macri y de Arribas es jugar al paddle en la quinta Los Abrojos, propiedad de la familia presidencial. En esos desafíos interviene con frecuencia Hernán Nisenbaum, amigo de ambos y hombre de las relaciones institucionales de la AFI. En febrero último, Macri se mudó a Los Abrojos, a la espera de las refacciones de Olivos, para cederle su departamento a Arribas, que desde entonces lo ocupa en forma permanente y se transformó en un inquilino íntimo.
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