Máximo Kirchner-Massa: el tándem que gana poder e injerencia en la gestión
La dupla del oficialismo en Diputados tomó la iniciativa en materia económica y electoral; mueve los hilos para cerrar acuerdos con la oposición; pretende soluciones políticas para la negociación de la deuda
Cuando, en 2019, Máximo Kirchner insistió en abrazar a Sergio Massa e integrarlo a la flamante coalición peronista-kirchnerista, ninguno imaginó que la dupla funcionaría tan bien. El mandamás de La Cámpora y el líder del Frente Renovador expresan miradas muy distintas para cualquier interlocutor. Hoy el tándem del oficialismo en Diputados -los “MM justicialistas”, los llaman algunos- interviene con más fuerza que nunca en la gestión y toma la iniciativa política en materia electoral y económica. Todo mientras la Casa Rosada vuelve a sumergirse en el sopor de la pandemia.
“Ellos están cada vez más activos. Y articulan con Wado (De Pedro) -el ministro del Interior- para llevar adelante sus iniciativas políticas”, dijo a LA NACION un importante referente opositor que sigue de cerca los movimientos de Máximo Kirchner y Massa.
El líder de La Cámpora hoy está decidido a darle una “solución política” a la deuda del FMI. Su hipótesis de trabajo es que si el Fondo tomó la decisión de otorgarle un préstamo inédito a Mauricio Macri, ahora que resulta “impagable” debe hacer una excepción con la Argentina para el reembolso. Quiere romper los estándares del acuerdo de facilidades extendidas (EFF por sus siglas en inglés) y llevar el plazo de repago de diez a veinte años. Y pretende encolumnar a oficialistas y opositores detrás de ese reclamo.
El hijo de la vicepresidenta tiene todos los pronósticos en contra, pero logró subir a su emprendimiento a Massa, un viejo conocedor de las finanzas internacionales. El líder del Frente Renovador ve con buenos ojos la búsqueda de un acuerdo ambicioso, aunque a más de un interlocutor le confesó sus expectativas reales: lograr con el Fondo una suerte de cláusula que permita que, si las reglas del FMI se vuelven más flexibles a futuro, la Argentina quede comprendida en esa clemencia.
“Hay que conseguir un programa argentino, ajustado a nosotros, y lograr el respaldo de los países iberoamericanos”, lo escucharon decir a Massa en los últimos días. Aún así, el titular de la cámara de Diputados se alineó con Máximo Kirchner y pronunció su libreto. “El Fondo le firmó a la Argentina un crédito político”, dijo en sus últimas entrevistas.
Más allá de las declaraciones, Máximo y Massa ya comenzaron a adelantar las primeras fichas. Fiel a su estilo, el jefe de la bancada oficialista movió los primeros hilos en conversaciones informales, puertas adentro. El líder de La Cámpora ya le hizo saber su voluntad a al menos un referente de la oposición. “Dijo que teníamos que hacerle al Fondo un planteo sostenible en el tiempo. Agregó que deberían suscribir aquellos que puedan presidir el país”, señaló a LA NACION un referente de Juntos por el Cambio que escuchó sus intenciones.
En la oposición aseguran que hasta ahora no hubo avances concretos y que cualquier iniciativa debe estar encabezada por quien tiene la llave maestra de la negociación con el Fondo: el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Pero Massa y Máximo ya tienen a una lista de eventuales firmantes en la cabeza: además de ellos dos, por el oficialismo también piensan en Axel Kicillof y el gobernador de San Juan, Sergio Uñac. Por Juntos por el Cambio imaginan a Horacio Rodríguez Larreta, a María Eugenia Vidal, a Martín Lousteau y a alguno de los gobernadores del radicalismo. Massa, incluso, se mostró dispuesto a conversar del tema con el jefe de gobierno porteño, con quien comparte una vieja amistad.
“Cualquier planteo que se haga tiene que ser institucional”, se atajan en Uspallata.
En Juntos por el Cambio están muy sensibles a estos movimientos: cuando desde el Frente de Todos intentan abrir una cuña en la oposición con contactos informales uno a uno, se genera un enorme revuelo interno. Ocurrió esta semana con la postergación de las PASO.
En rigor, según relataron oficialistas y opositores, Massa y Máximo Kirchner ya habían hablado de una posible visita de De Pedro a Diputados por este tema. Fue en una reunión, semanas atrás, con los jefes de bloque de Diputados, Mario Negri (UCR), Cristian Ritondo (Pro) y Juan Manuel López (CC). Pero el martes pasado estalló todo cuando en un acto en la Casa Rosada -convocado para anunciar fondos a municipios- el líder de La Cámpora repitió el planteo ante dos referentes de Pro de la provincia de Buenos Aires. El trabajo quirúrgico y subterráneo de la dupla oficialista obligó a los opositores a dar explicaciones hacia adentro.
Con el Poder Ejecutivo
“En Diputados funciona bien la coalición. Al Gobierno no le llevaron ni un dolor de cabeza y tienen iniciativa”, dijo a LA NACION un importante referente del oficialismo consultado sobre el juego en dupla de Máximo Kirchner y Massa. La injerencia de ambos en la gestión es cada vez más frecuente. Luego de que Guzmán se reuniera con el Presidente para hacerle la devolución de su viaje a los Estados Unidos, fueron ellos los primeros en entrevistarse con el ministro de Economía.
El sábado pasado, el titular del Palacio de Hacienda había asistido a Diputados por la sesión de Ganancias, pero se dio tiempo para charlar a solas con el jefe de la Cámara y con el titular de la bancada del Frente de Todos. Se venía de días muy tensos por la diatriba contra el Fondo que había lanzado Cristina Kirchner cuando el ministro de Economía estaba en Washington.
“Le dijeron que una iniciativa política puede ayudar a su negociación técnica. A Guzmán la idea de un entendimiento entre el oficialismo y la oposición le pareció interesante, pero pidió que, además de la cuestión de la deuda, se agreguen más puntos de acuerdo a largo plazo”, señaló un portavoz al tanto del encuentro. Hablaron de eventuales acuerdos en materia de agroindustria y del litio, un tema que obsesiona al hijo de la vicepresidenta.
Esta semana, en tanto, Máximo Kirchner se vio más de una vez con Alberto Fernández. Participó de la habitual “mesa de los martes”, en donde la cúpula del Frente de Todos delineó el trazo grueso de la campaña electoral, con la convicción de que será un “plebiscito” a la gestión presidencial. Y volvió a verse a solas con Presidente el jueves a la tarde. Por ese contacto, el líder de La Cámpora hoy tiene que estar aislado.
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