Merchandising peronista: crece la oferta de productos y la grieta sigue abierta en las redes
"Querido @alferdez: ¿te ves parecido al lapicero homenaje que te hicimos?", le preguntó un viernes de diciembre el artista gráfico Costhanzo, vía Twitter, al entonces presidente electo, Alberto Fernández. No esperaba una respuesta y una notificación le marcó el error. "Jaja. ¡Muy bueno! Aunque está un poco más bronceado que yo. ¡Mandame uno!", le contestó el futuro primer mandatario. Pronto sus ventas aumentaron y el dibujante, identificado con el peronismo, celebró haber ideado el lapicero, inspirado, justamente, por el triunfo del Frente de Todos. Su guía no fue el lucro, asegura, aunque se sorprendió positivamente por la cantidad de ventas.
Si bien no todos reciben un tuit del Presidente, los emprendimientos de productos que apelan a las figuras y la iconografía histórica del peronismo experimentan un aumento en la demanda desde la vuelta de esa fuerza al poder. Mientras tanto, surgen nuevos y variados proyectos. Así, pueden conseguirse mallas Volvimos, bijouterie de Juan Perón, lapiceros de Alberto Fernández, vino Compañerxs con etiquetas de Evita Pop, medias "Soy Cristina, pelotudo", Pan Dulce Peronista, decoraciones para tortas Volveremos, mates La Jefa, souvenirs Dylan y muñecos Axel Kicillof. La lista podría seguir.
Jaja muy bueno!! Aunque está un poco más bronceado que yo [R]Mandame uno! https://t.co/qi6Yz8py9V&— Alberto Fernández (@alferdez) December 6, 2019
Los fabrican artistas y comerciantes con distintos grados de afinidad por el peronismo, que descubrieron en ese nicho una posibilidad de venta segura, sobre todo cuando los ánimos están altos entre los seguidores por la victoria del Frente de Todos. Sus principales clientes son los sindicatos, militantes o ciudadanos de a pie. Y se los hacen llegar a funcionarios, que se muestran encantados, los colocan en sus despachos o los regalan. También los publican en las redes sociales, lo que impulsa aún más las eventuales ganancias.
"Los lapiceros fueron una manera de exorcizarme de la crisis que causó el gobierno anterior. Aproveché la sensación que me produjo la victoria para trabajar con iconografía sobre el presente peronista", aseguró Costhanzo, quien trabaja junto a su socia de la imprenta Boutique, Mariana González. También usaron las figuras de Axel Kicillof y Cristina Kirchner (la más solicitada). La vicepresidenta ya tiene su copia.
Eduardo Montes, militante peronista y presidente de la Federación de Trabajadores de la Economía Social (Fedaes), es uno de los ideólogos del "Pan Dulce Peronista". Se vende a 200 pesos cada caja y fue furor en las fiestas de los votantes del FDT. "Pensamos en el éxito que tiene como nicho económico y en resignificar la Navidad con una visión ideológica, para los sectores más humildes", dijo Montes a LA NACION y aseguró el triunfo de Alberto "potenció" las ventas. "Siempre tuvimos un mercado cautivo en el peronismo", dijo.
La idea se le ocurrió tras la victoria en las elecciones primarias de agosto. Su primera proyección era vender 4000 cajas de pan dulce, pero volaron de los puntos de venta en centros del PJ y La Cámpora. Con el triunfo en las generales de octubre, los pedidos se multiplicaron. Acudió a otras cooperativas o empresas recuperadas, aumentó la producción, y el 10 de diciembre se instaló frente al Congreso, en medio de una multitud que se movilizaba por la asunción del nuevo gobierno. Vendió en total unas 25.000 unidades a particulares o instituciones, como sindicatos. Y el pan dulce les llegó a varios funcionarios, como a la flamante intendenta de Quilmes, la camporista Mayra Mendoza. Ahora la producción cesó, pero las cooperativas ya piensan en un relanzamiento para la Semana Santa.
La historia de la artista Mercedes Moréteau viene de antes. En 2017 creó el retrato de emojis Evita Pop, descubrió que tenía potencial de venta y lo reprodujo en 150 copias, de las cuales lleva vendidas más de 30. Cada una cuesta 12.000 pesos, el doble del precio inicial, que escaló por la demanda. Y aunque retrató a varios personajes, Evita es su obra más solicitada.
Como el lapicero de Alberto, en el último tiempo llegó a manos de funcionarios, como Axel Kicillof y Alicia Kirchner. El año pasado, después del triunfo de Fernández, Moréteau utilizó la imagen para ilustrar la etiqueta de un vino que llamó Compañerxs, cuya recaudación sería destinada a fines solidarios. En diciembre vendió 100 botellas (a $680 cada una), a fin de año encargó 100 más y se ilusiona con la buena recepción, aunque tiene competencia. Los vinos peronistas abundan en el mercado, con etiquetas variadas, como "Vengo a proponerles un sueño", de la marca Colección Peronista, o "Las 20 verdades peronistas".
Hoy, los objetos peronistas son cada vez más abundantes, variados y fáciles de conseguir, sobre todo a través de internet, en los sitios de comercio digital. Allí ocurre un particular fenómeno, poco frecuente en este tipo de páginas. En lugar de realizar preguntas, muchos usuarios aprovechan los espacios de consulta sobre los productos para chicanear a los vendedores o pelearse con otros compradores. Demuestran que la grieta, también, puede estar presente en la venta digital.
Además, en el último tiempo apareció un mercado para el macrismo, aunque más reducido. Así, pueden encontrarse remeras amarillas con la figura del expresidente y leyendas como "Macri Love" o "No se inunda más".
"El peronismo tiene una densidad simbólica que otros partidos, incluso anteriores, como el radicalismo y el socialismo, no tienen. No solamente por su omnipresencia en la vida cotidiana, sino porque que produjo hechos históricos muy potentes. El peronismo, fuera de todo juicio político, es profundamente entretenido, entonces puede ser objeto, con facilidad, de operaciones de marketing. El capitalismo moderno transformó lo simbólico del peronismo en mercancía", opinó el sociólogo Pablo Alabarces, especializado en cultura popular.
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